«UNDRESESSED», la exposición en Londres que recorre la historia de la ropa interior en el Victoria and Albert Museum

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Entra a cualquier tienda de ropa estos días y es probable que te encuentres con el G.R.L.: el Gran Resurgimiento de la Lencería. En Céline, camisones con paneles blancos de seda y aplicaciones de encaje negro; en Dior, pantalones cortos de organza con bordes en forma de escamas y blusas del mismo material; en Givenchy y Balenciaga, una mezcla seductora de ropa interior y ropa formal: trajes sastres y bralettes con aperturas… estamos en un momento en el que la ropa interior se usa como ropa exterior.

Y el tema no se limita a las pasarelas: este mes, la tienda de lujo Selfridges abrió su Body Studio, un espacio de casi 3500 metros cuadrados dedicado a la ropa informal y una exhibición descrita como la exposición más grande consagrada al tema que se inauguró el sábado en el Victoria and Albert Museum en Londres.

“Undressed: A Brief History of Underwear” examina el gran papel que la ropa interior ha desempeñado al dar forma a actitudes culturales, tensiones de género y tendencias cambiantes de estilo. También ayuda a explicar nuestra fascinación interminable por lo que está en el interior.

Añade Ehrman: “Un espectáculo siempre debe incluir indicios contemporáneos e históricos si se desea que los visitantes logren entenderlo todo, y actualmente estamos en una era, más informal que nunca, en la cual se acepta la brecha entre estar vestido y desvestido”.

Sin embargo, la exposición demuestra que la ropa interior que se usa como ropa exterior no es nada nuevo y dedica todo un piso a sus antecedentes históricos.

Los objetos estrella de la exposición incluyen un camisón sencillo de seda que data de 1911, diseñado por Paul Poiret, que pudo haber estado en una pasarela de la temporada pasada, y pijamas para la hora del coctel. Las prendas contemporáneas incluyen un vestido de bustier cubierto con detalles dorados y acolchado en la parte de la cadera, así como un vestido estilo imperial de muselina, bordado, con encajes que combinan, diseñado por John Galliano para Givenchy; ambos se inspiraron en el encanto de las prendas íntimas de los siglos XVIII y XIX.

En otro piso, y para romper con lo establecido, la disposición de las prendas se vuelve temática y no cronológica, pues deconstruye los fundamentos sociológicos compartidos de los retazos de tela provenientes de varios siglos, nacionalidades y clases. Entre los títulos de la sección están Moda; Salud e Higiene; Volumen; Ropa Interior de Desempeño … e incluyen algunas revelaciones inesperadas.

Por ejemplo, los panties son un invento relativamente reciente: los calzones no aparecieron sino hasta principios del siglo XIX. Muchos de los diseñadores de ropa interior más progresistas y liberales del siglo XIX fueron mujeres que emplearon nuevas tecnologías y materiales en el diseño de corsés y bustiers para permitir a las mujeres más libertad de movimiento y menos presión física.

Aunque Ehrman dice que la corsetería no debería verse únicamente como un instrumento de opresión física y paternalista, es sorprendente la belleza brutal de un corsé de satín color cereza junto a una imagen de rayos X que revela su impacto en los órganos internos. “El corte, la tela y la visibilidad siguen desempeñando un papel poderoso en la manera como la persona que usa una prenda es capaz de presentarse al mundo exterior, con lo que esculpe su sentido de dignidad y confianza en sí misma”.

Una faja estilo Spanx —una de esas prendas para que el cuerpo luzca más delgado y que celebridades como Kim Kardashian promocionan— provocó preguntas acerca de cómo la ropa interior del siglo XXI sigue subyugando la figura femenina, en vez de transmitir seguridad en sí misma o realzar su figura.

Pero Sarah Schotton, directora creativa de la tienda de lencería Agent Provocateur, uno de los patrocinadores de la exhibición, dijo que hoy las mujeres compran esas prendas para ellas mismas y no para el deleite de los hombres.

“Ahora hay más estilos en el mercado que nunca; incorporan más siluetas y tallas, y ese alcance y escala permiten a la mujer encontrar la expresión de feminidad, seguridad y deseos que más le acomode”, agregó.

“Conforme las actitudes y los límites siguen cambiando, más mujeres encuentran lo que se ajusta a sus cuerpos y eso es algo hermoso”.

Desde corsés hasta brasieres, pantis largos acolchados, más de 250 objetos, junto con videos, empaques y anuncios publicitarios, representan la historia de la ropa interior desde mediados del siglo XVIII hasta el presente.

“Es bueno que estemos inaugurándola justo cuando la ropa interior pasa de ser una prenda profundamente íntima a convertirse en ropa pública y provocadora; sigue siendo una gran tendencia comercial y creativa”, dijo Edwina Ehrman, curadora de la exposición y de las secciones de moda y textiles del museo, que también se refirió a la popularidad en aumento de la ropa “athleisure”.

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