TEATRO: «LOS CIEGOS», de Maurice Maeterlinick, en el Teatro Hasta Trilce, una experiencia para acercarse a un texto para reflexionar…

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«Los Ciegos”

de Maurice Maeterlinick

Hasta Trilce, Maza 177 (Almagro) CABA

Viernes 21 hs, entradas

There is not spoon.

Buenos Aires, la ciudad, tiene opciones de teatro para todos los gustos, para todo tipo de público.

Los que disfrutamos desde la Opera hasta el teatro barrial nos vemos doblemente favorecidos, por el caleidoscopio de obras y por observar los guetos de tan distintos concurrentes; ora el Colón, ora el Argentino, ora Machado, el Centro Cultural San Martin, El paseo la Plaza o Hasta Trilce.

Sorprendentemente, en Hasta Trilce que se podría decir alejado de las luces de neón, nos encontramos con una puesta centrada en los detalles de pre-producción y producción. Con una escenografía elaborada en altos estándares, con un telón trabajado que dio fondo a la obra y un bosque de luces de led, que lejos de desviar la atención de publico ayudaron en todo momento a remarcar el carácter simbólico de la obra. El vestuario apropiadamente neutro y la música colaboraban el clima frio y húmedo del bosque cercano al mar.

La interpretación coral fue agradable y bien coreografiada, acompañada por una exacta iluminación. Los personajes deliberadamente no destacan individualmente sino que conforman el grupo, la sociedad; estipulación bien lograda en este caso, aun bajo el sacrificio del ego de los actores que se rinden al teatro.

Pero… no hay bosque, no hay ciegos.(«There is not spoon).

Maurice Maeterlink (1862-1949) es un escritor del movimiento simbolista, que en sus comienzos como poeta se reflejan en el texto plagado de imágenes líricas. («Salieron las estrellas, las puedo escuchar…» ) bello, claro ; belga de nacimiento pero al escritor adepto a la mística y romanticismo alemán,

Las preguntas que nos hacemos todos, que tal vez sean el disparador de la obra: Cómo se comporta una persona sin haber visto nunca a otra persona? No somos todos cliches, reflejos de otras? de otras situaciones, de momentos que se repiten en el tiempo, de forma constante?.

La única forma de salirse de la sociedad, sus reglas, sus formas, es tal vez ser ciego. Y he allí el planteo, el miedo a lo desconocido, la necesidad de contacto humano, el miedo a la soledad.

Pasear por Buenos Aires y levantar la cabeza de la marea humana para llegar al barrio es, en este caso, un disfrute junto con las papas bravas de la casa. Consejo adicional, antes de ingresar a la sala, reserve una mesa del restaurant y al salir analice la obra al sabor de un recomendable tapeo.

PD: Me quedé pensando que, tal vez, la explicitud sea la peor enemiga de la poesía; nada compite con un desnudo, ni el Cantar de los Cantares.

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