Marcela Roggeri , entrevista frente al mar

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 Sergio.- Marcela: ¿Como fueron tus comienzos y como has llegado a ser la que ahora eres, una estrella?

Marcela.- ¡Hay querido Sergio… una estrella no! Te agradezco por tus palabras
Mis comienzos… En realidad te voy a contar algo que es un poco secreto. A mí me atraía más el canto que el piano. Es por ello que comencé con dicho estudio; y a través de mi profesor de canto me di cuenta que mi voz grave, aun siendo pequeña (tendría 8 años) siempre iba al acompañamiento, nunca iba a la melodía… entonces me aburría. Pero mi profesor de canto – que estudiaba piano con la mamá de Bruno Gelber, Ana Tosi – le decía a mi madre “…yo creo que esta chica se aburre, tiene que buscar otra cosa…y he notado que siempre va al piano…”
Pasaron varios años, y recién a los doce llegue a la casa de Gelber, donde su madre daba sus clases de piano, su padre Bruno Bernardo clases de armonía y composición, y “él hijo prodigo” que iba por el mundo dando conciertos, debes en cuando venia y escuchaba a los alumnos. Cuando tenía aproximadamente quince años, su mamá empezó a enfermarse, y Bruno comenzó a darme clases. Como él suele decir…”Él me heredó”…
A Bruno le llamaba la atención que yo hiciera octavas muy rápido y sin cansarme; puedo estar media hora haciéndolas… en cambio a él le cuestan más las mencionadas- es lo único que le cuesta. Esto motivo el proyecto de tocar juntos, alumna y maestro.
Nuestro primer concierto fue en la ciudad de Tucumán, luego seria Córdoba cuando yo contaba con dieciséis años. Al año siguiente fue el gran concierto en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, donde toque junto con la Orquesta Sinfónica dirigida por el Mtro. Calderón y una parte como solista.
Esos fueron mis comienzos. Lo cual me lleva a Europa, dando conciertos en ciertas ciudades mientras seguía estudiando con Bruno.

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 S. – Después de todo este aprendizaje que tuviste con el Mtro. Gelber – un padrino emérito mundialmente – ¿cómo te sientes, siendo una destacada pianista internacional viviendo en Londres?; ¿cómo te sientes ante el mundo siendo Argentina?

M.- Trato siempre de seguír conectada a mi país. Por supuesto más allá de mis afectos, pues mi madre todavía vive en Argentina., al igual que mis amigos. Esta es la forma de estar conectada. Además he grabado toda la obra de Guastavino como así también varios discos de tango. El tango para mi representa a mi padre; él era un “tanguero” y gran bailarín del dos por cuatro en Humberto Primo y Defensa. Mi madre, salteña, adoraba el folclore. Es por ello que tengo ambos ritmos asociados a mis padres. He grabado muchos discos sobre estas disciplinas musicales, y siempre si se puede incluyo una obra argentina en mis programas.

S.- Este disco que justamente me has obsequiado “Clásicos y Populares” con el Mtro. Facundo Ramirez, es pues un ejemplo de ello…
M.- Si, es un ejemplo. Facundo, cuando era pequeño, también estudió con la mamá de Bruno, y nos conocemos desde hace muchísimo tiempo. Luego se fue a tocar con su padre, el Mtro. Ariel Ramirez, y se orientó mas a la música popular, pero tiene una formación clásica. Tienes que tener una compatibilidad entre carácter o personalidad – algo que por supuesto siempre ayuda- y técnica; de otra manera seria difícil complementarse.

S.- Esto no pretende ser una entrevista formal. Por eso me gustaría saber cómo es el mundo de Marcela Ruggeri en 2020: mujer, música, interprete internacional entre Londres y Argentina.
M.- Vivo en Londres. Tengo mi casa y mis pianos allí pero no paso mucho tiempo en dicha ciudad…, voy también a Paris y a Madrid. En casa país al que voy tengo ciudades en las que realmente me siento como en mi casa, como si estuviese en Buenos Aires. Por supuesto sin los afectos y sin la cantidad de gente que conozco aquí. Pero en cada ciudad a la que llego siempre trato de buscar cosas que hagan que me sienta bien allí, para no sentirme como una extrajera. Y si hay algo que para eso ayuda… es la música.

S.- En la actualidad, ¿existe todavía “la Diva”?
M.- Sí, las Divas todavía existen. Yo trato que justamente esta cosa del divo sea un rotulo que te pongan los demás, pero no que uno fomenta. En realidad a veces la gente me lo dice –aclaro que poseo una personalidad fuerte… Pues bien que me lo digan; pero nunca contribuiré realmente a eso. Es algo de lo que soy muy consciente porque no está en mi carácter. Si se da… me encanta, por supuesto me gusta muchísimo, pero no contribuyo para ello; no es algo que sea un objetivo en absoluto.

S.- ¿Y al hoy, como es Marcela de vacaciones aquí en Mar del Plata?
M.- Son vacaciones con mi madre, sobre todo es eso, y calidad de tiempo con ella. Porque a mí no me gustan las vacaciones.
Aquí dispongo de un clavinova lo que me permite a diario estudiar y estoy en contacto con Mariano Rey con el cual estamos preparando un programa para una futura grabación. De manera que no son las verdaderas vacaciones que la gente se imagina, vacaciones de no tocar el piano y de olvidarme de todo. Sí puedo tener aquí un poco más de tiempo y estar disponible para ver amigos que vienen de distintos lugares para encontrarnos. Pero cada día de mi vida este donde este, me despierto pensando en preparar una obra o terminar un programa. Para mí es un motor único y un gran privilegio; por lo tanto lo cultivo y lo cuido. La idea de vacaciones para mí no existe.

S.- Pero entonces… ¿Marcela Ruggeri nunca descansa?
M.- Tengo la enorme suerte de nunca sentir, que lo que yo hago es un trabajo. La pasión que tengo por la música es una motivación; una manera de conectarme y de comunicar. Lamentablemente, según mi opinión personal, estamos en un mundo donde hay mucha conexión pero poca comunicación; poca real comunicación con los humanos. Pero a mí la música me permite la comunicación…Ese contacto a través de la música que puedes tener solamente un día, una noche, con una persona que conoces realmente vale la pena. La música toca partes esenciales de la emoción humana. Y realmente creo que ese nexo es verdadero, es real, no es virtual. De ninguna manera voy a negar las bondades del mundo virtual, pero a veces uno se olvida de los otros aspectos; y esos la música los da.
De manera que… yo no quiero vacaciones de eso!

S.- Háblame un poco de Années folles, Crazy Paris! con Francois Chaplin. ¿Qué significa este nuevo disco con un repertorio tan diferente?
M.- Es una idea que tuve… Yo estudie historia del arte pues es algo que me fascina y no por que necesariamente sirva saber, pero es importante para conocer el contexto en que los compositores vivieron y crearon determinadas obras. En este disco hay muchas creaciones maravillosas, pero la obra clave es “La Valse” de Ravel con la cual se cierra el disco.
Este período de “la folles” que va entre la primera y la segunda guerra mundiales siempre me resulto atractiva, puesto que se juntaron distintos artistas provenientes de la música, pintura, literatura, para tratar de olvidar lo que fue la primera guerra mundial. Hasta el 1929 todavía no empiezan las tensiones que desembocaran en la segunda guerra mundial. Los sobrevivientes, buscaban disfrutar de la vida, siendo un momento durante el cual el sufrimiento pasado se transforma en pura creación.

S.- Si…, me parece impresionante. Sobre todo si tenemos en cuenta las creaciones de los grandes compositores que se dieron en dicho período. En el disco leo entre otros a Eric Satie, George Gershwin, Angel Villoldo, Germaine, Tailleferre. etc
M.- Son compositores que escriben en este periodo musical. Es la época en que el jazz llega a Europa. Todo este periodo de mezcla como de fusión hoy siguen en el mundo y en la composición actual; pero aquel es el momento en que el jazz, el tango, el folclore conviven. Si bien Gershwin nunca viajo a Paris, otros músicos de jazz si lo hicieron, estrenando varias de sus obras en dicha capital. Todos se juntaban para hacer música. En muchos sitios coincidían estos creadores junto con Chaplin, Chanel, Picasso, Satie… increíble! Por todo esto, quise dedicarle un disco a este período histórico.

S.- Es un período de lo más innovador, pero también de lo más creativo.
Acabas de citar a Gershwin, a quien también se le debe la palabra “jazz”. El primer personaje que aparece en la opera Porgy and Bess…
M.- Exactamente, increíble. La valse, la última obra de Ravel, representa lo que ocurre en ese momento. Porque Ravel, quería escribir un vals light, algo al estilo de Strauss pero luego cuando empieza a enriquecerse de ese ambiente de “folles”, cambia de opinión y crea una obra terrible, dramática, frenética, muy difícil técnicamente que va increscendo. Es una obra fascinante, tocarla es un placer único. Ahí se termina todo ese viaje que empieza con el charleston, esa danza que se crea en los años 20.
Toda la primera parte del disco es un clima de festejo, de champagne, de alegría. Pero a partir de Arnold Bax, compositor inglés de los años 20 – muy conocido en Inglaterra, pero poco fuera de ella- escribió una música más dark. Lo cual se siente en el disco también, pronunciado la segunda guerra.

S.- Tus comentarios son estupendos. Lo cual me trae a la mente la famosa película de Woddy Allen “Medianoche en Paris”.
M.- Ese es un film del cual también partió esta idea. Y si bien no es la mejor película de dicho director, es muy divertida y está muy bien recordar esa idea.

S.- Es volver a esos “grandes” que marcaron época en el S. XX.
M.- Es notable la gente que se concentro en París en dicho período de todos los ámbitos, incluso la moda con Chanel.

S.- Ahora estamos en Mar del Plata haciendo esta entrevista donde justamente esta la casa de una gran mecenas como fue Victoria Ocampo. En esos años Victoria justamente trajo a esos grandes compositores.
M.- Así es. Una notable mujer. He tocado en Villa Victoria, en la época del ciclo de las “Siete Noches”. Son esos lugares mágicos que a mí me fascinan y me hacen volar la imaginación. Por eso hice muchos espectáculos en derredor de tan célebre personaje.

S.- Es bueno recordarla que fue una gran mecenas, y prácticamente olvidada a nivel popular. Argentina le debe recordarla…
M.- Exactamente.

S.- ¿Qué es lo que espera Marcela en el 2020?
M.- Varios proyectos distintos; entre ellos tocar con Juanjo Mosalini, bandoneonista con el cual acabo de grabar un disco.
Asimismo continuar las presentaciones del Annes Folles junto a Francois Chaplin en Paris.

S.- Igualmente este disco lo habías presentado en el CCK.
M.- Fue en el CCK en noviembre (2019, pero en esos momentos no había salido el CD, asimismo también lo hemos tocado en Londres, ya que es un programa que veníamos pensándolo hace ya un año.
Cuando tocamos en el Teatro Coliseo de Buenos Aires “Le Boeuf Sur Le Toit”- de lo cual hace ya hace dos años- era más un programa a cuatro manos. No era un programa exclusivo con cosas de los años 20, o por lo menos con el espíritu de dicha época, por que incluía una obra de Poulenc que es posterior. Pero fue ese mismo espíritu del 20, el cual quería rescatar, asi que seguimos con eso-
También con Mariano Rey, estamos justamente grabando varios programas para la TV, que se pasaran en el canal Allegro; por ello es que volveré en Mayo. Trato de regresar todo lo que más puedo a Argentina. Asimismo seré jurado en el Concurso internacional Mtro. Scaramuzza. Vicente Scaramuzza fue ese gran Maestro que llego de Napoles, teniendo entre sus alumnos a Martha Argerich, Bruno Gelber, Silvia Kesselman, entre otros grandes intérpretes.
De manera que tendré mucha actividad en la Argentina.

S.- Para finalizar te voy a colocar en un aprieto. Quisiera que nombraras a tres colegas que admires.
M.- Uno es Bruno Gelber. Lo digo con todo el amor y la sinceridad del mundo, más allá de haber sido mi maestro. Es un “artista” que posee ese “algo más”. ¡Qué difícil elegir solo tres de entre los grandes pianistas! Puesto que cada uno posee su particularidad.
Precisamente una de las particularidades de Bruno es su “expresión”. Un pianista que nunca tocar una nota que no quiera decir algo, que no forme parte de una frase, que no tenga un toque de expresividad. Y eso para mí es algo que a veces en el gran “pianismo de hoy”, en el virtuosismo, se pierde. A mí en particular, lo que más me emociona es la expresividad. Y Bruno nunca va a hacer una nota de pasada, que no posea una carga propia y una entrega; la cual posee Bruno. Hay muchos pianista fantásticos, virtuosos, que poseen una facilidad tremenda…; uno llega a decir “esto es una acrobacia, ¿como hace para tocar esto y a esa velocidad?”. Pero no siempre está esa conexión con la entrega emocional de lo que está interpretando.

S.- ¿Pueden ser que sean “otros tiempos” también? Una cosa es ser “gran pianista” y otra ser interprete…
M.- No me gusta decir que otras épocas fueron mejores. Pero debo reconocer que me pones en un aprieto al pedirme dar tres nombres; no sé si te daré nombres de la actualidad. Te voy a da un Lipatti, un Solomon o un Trifonov.-
Muchas gracias Marcela Ruggeri, y que te pareces si caminamos disfrutando de este sol en esta bella ciudad de Mar del Plata…

*Versión taquigráfica Julio Bravo

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