La experiencia teatral de trasnoche en la emblemática calle Rivadavia de Mar del Plata ofrece una atmósfera única, donde la proximidad con el público y la pasión de los elencos definen el éxito de cada espectáculo. Dentro de esta oferta, Humor y Brillos se destaca como un music hall cargado de plumas, lentejuelas y humor, una fórmula tradicional que, aunque efectiva, se apoya principalmente en el talento y carisma de una figura central: Raúl Gala.
Gala, reconocido actor y transformista, eleva el espectáculo con su habilidad para capturar la esencia de sus personajes. Su representación de Moria Casán no es solo una imitación; es una celebración de la diva, realizada con una mezcla precisa de humor, elegancia y picardía. Pero Gala no se limita a este rol icónico; sus intervenciones como otros personajes demuestran un manejo excepcional del tiempo cómico y una conexión innata con el público, logrando arrancar carcajadas y aplausos sinceros en cada aparición.
El resto del elenco cumple su función de soporte, aunque en algunos casos con matices desiguales. Néstor Enigma, en su rol de maestro de ceremonias, aporta dinamismo al show con monólogos que, aunque efectivos, carecen de la chispa única de Gala. Por otro lado, la presencia de Priscilla La Morena, presentada con un énfasis innecesario en su identidad de género, deja entrever una visión algo anticuada que debería adaptarse a los tiempos actuales, donde la diversidad se celebra sin necesidad de remarcar lo evidente.
Si bien Humor y Brillos es un espectáculo entretenido, su verdadero motor es Raúl Gala. Su capacidad de dominar el escenario y conquistar al público convierte cada uno de sus momentos en lo más destacado de la noche. Por ello, resulta evidente que una evolución natural del show sería consolidarlo en torno a Gala como figura principal, acompañado por un elenco que potencie su brillo en lugar de intentar competir con él.
En definitiva, Humor y Brillos logra su cometido de hacer reír y sorprender, pero sería aún más impactante si abrazara plenamente el talento de Gala como el eje central que ya es, modernizando su propuesta para seguir conquistando las noches marplatenses.