Imagina una conversación tan tensa que podrías cortarla con un cuchillo, donde cada palabra podría salvar vidas o desatar una tragedia. Así es Martin, lee el Corán), el electrizante debut del director alemán Jurijs Saule, que ha sacudido en el 24º Festival de Cine Alemán de Buenos Aires. En este thriller psicológico, dos hombres se enfrentan no solo entre sí, sino también a sus propios demonios, en un duelo donde la única arma es la palabra… y el reloj sigue corriendo.
La premisa es simple pero brutal: Martin (Zejhun Demirov), un estudiante perturbado, aparece en la puerta de su profesor de estudios islámicos (interpretado por Ulrich Tukur) con un oscuro secreto. Está a punto de cometer un atentado en nombre de su Dios. Mientras el joven tiembla entre la desesperación y la determinación, el profesor solo tiene una cosa a su favor: el Corán. Con las mismas escrituras que otros han distorsionado para justificar atrocidades, intentará convencer a Martin de abandonar su misión suicida. Pero, ¿puede un libro sagrado, tantas veces malinterpretado, salvar a alguien de la destrucción?
Saule nos arrastra a este intenso cara a cara con una energía vibrante que recuerda los grandes duelos del cine, aquí, Zejhun Demirov y Ulrich Tukur se convierten en los titanes de esta batalla dialéctica, desplegando un enfrentamiento de ideas, creencias y emociones en una lucha tan mental como emocional. Mientras Martin busca desesperadamente una razón para justificar sus acciones, el profesor intenta, palabra por palabra, arrebatarle esa justificación.
Lo fascinante de Martin… es cómo toma temas de extrema gravedad —el fanatismo religioso, la violencia, la fe— y los convierte en una danza de diálogos que no dejan respiro. Este no es un film de acción, pero la tensión es palpable en cada segundo. El director, consciente del riesgo de caer en lo estático, mueve su cámara con agilidad, haciendo que incluso los silencios pesen, y que el espectador nunca sepa cuándo Martin tomará la decisión final.
La película también toca un nervio particularmente sensible: ¿qué sucede cuando la fe, en lugar de ser un refugio, se convierte en una trampa mortal? A través de los ojos de Martin, vemos la tragedia de aquellos que han sido empujados al borde del abismo por sus creencias. Para él, este no es solo un examen, es una batalla interna entre su devoción y su humanidad, una batalla que amenaza con estallar de la manera más literal posible.
Y entonces, llega el giro. Jurijs Saule no se conforma con dejar que la historia siga un camino predecible. En el tercer acto, la película da un vuelco que toma por sorpresa al espectador, replanteando lo que creíamos saber sobre estos personajes. Aquí, Saule se atreve a hacer algo más que denunciar el fanatismo; plantea una pregunta clave: ¿es posible el entendimiento, incluso entre los enemigos más acérrimos?
¿Es Martin, lee el Coran una película fácil de digerir? Para nada. Esta es una película que te obliga a pensar, a cuestionar tus propias creencias sobre la fe, la violencia y la capacidad de redención. Pero, al mismo tiempo, es un recordatorio poderoso de que el diálogo —por difícil que sea— sigue siendo la única salida viable en un mundo donde los extremos parecen dominar la narrativa.
Con su audaz premisa, actuaciones estelares y un guion que no tiene miedo de enfrentarse a las cuestiones más espinosas de nuestro tiempo, Martin, lee el Corán es una película que atrapa y que es un verdadero desafio. Un debut imperdible que, sin duda, marcará la carrera de Jurijs Saule como un cineasta dispuesto a abordar lo más oscuro del alma humana… y encontrar una chispa de luz en medio del caos.