jueves, 20 de marzo de 2025
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Frente a frente: Perdidamente y En otras Palabras, un espejo del Alzheimer en plena Calle Corrientes

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En la Buenos Aires de este 2025, marcada por una Argentina distinta, cargada de cambios sociales y económicos que sacuden el alma colectiva, el teatro se alza como un refugio de emociones y reflexiones. Dos obras, separadas apenas por una avenida, se enfrentan en un diálogo silencioso pero poderoso: Perdidamente, del argentino José María Muscari, y En otras palabras, una pieza inglesa adaptada a este escenario local, ambas con el Alzheimer como corazón de sus historias. No es casualidad que coincidan en cartelera, como si el destino hubiera querido ponerlas frente a frente, separadas por el asfalto de la Avenida Corrientes, para que sus luces titilantes y sus carteles anuncien una misma herida desde ángulos opuestos. Es un raro e impactante cruce, donde el drama social del Alzheimer se despliega en significados no lineales, impredecibles, como la propia enfermedad que retratan.

Perdidamente irrumpe desde el Multiteatro con la fuerza de una comedia dramática que no teme reírse de lo trágico ni llorar entre risas. Aquí, el Alzheimer no es solo un diagnóstico, sino un espejo de las dinámicas familiares y sociales que lo rodean. La obra, creada por Muscari, nos sumerge en una casa donde el deterioro cognitivo de un ser querido desata un torbellino de emociones: la negación, el humor como escudo, el poder que se disputa entre quienes cuidan y quienes observan. Con un elenco de actrices que dan vida a personajes tan diversos como complejos —una madre con Alzheimer, una hija adicta, una mucama que sostiene la nobleza en la pobreza—, la pieza argentina no busca respuestas fáciles. Nos muestra cómo la enfermedad, lejos de ser un asunto íntimo, se convierte en un reflejo de las jerarquías sociales, las grietas familiares y hasta la propia fragilidad del sistema que nos contiene. Es un grito que resuena en este 2025, donde la crisis económica y la incertidumbre golpean, y el teatro se vuelve un espacio para preguntarnos: ¿quién cuida a quién cuando todos estamos perdiendo algo?

A pocos pasos, cruzando la avenida, el Teatro Lola Membrives levanta el telón de En otras palabras, una obra que llega desde Inglaterra con la delicadeza de un susurro y la contundencia de un adiós. Aquí, el Alzheimer no se aborda desde el caos familiar o el comentario social, sino desde el amor de pareja, ese vínculo que creemos eterno hasta que la memoria lo traiciona. La historia sigue a un hombre joven, inesperadamente atrapado por los primeros signos de esta enfermedad implacable, y a su pareja, que lucha por aferrarse a él mientras lo ve desvanecerse. Es un relato íntimo, desgarrador, que no necesita alzar la voz para conmover. La juventud del protagonista rompe con el cliché de que el Alzheimer es solo un asunto de la vejez, y nos enfrenta a la crueldad de una mente que se apaga antes de tiempo. En este 2025, donde la salud mental y las enfermedades silenciosas ganan espacio en la conversación pública, la obra resuena como un recordatorio de lo irremediable, pero también de la ternura que persiste en los gestos pequeños, en las palabras que aún se logran decir.

Lo que hace tan especial este enfrentamiento teatral es cómo ambas obras, desde sus géneros y enfoques opuestos, tejen un tapiz emocional que trasciende sus escenarios. Perdidamente es bulliciosa, caótica, argentina en su esencia: usa el humor y la crítica social como armas para enfrentar el dolor. En otras palabras es contenida, poética, universal en su quietud: elige el silencio y la mirada para contar lo que las palabras ya no pueden. Sin embargo, ambas coinciden en un punto: el Alzheimer no es lineal, ni su significado lo es. No hay un guion predecible para la pérdida, ni una forma única de afrontarla. Y en esta Argentina de 2025, donde las calles hierven de historias y las salas de teatro se convierten en refugios, estas dos piezas juntas parecen decirnos que el sentido está en lo que sentimos, no en lo que entendemos.

Pararse en medio de la Avenida Corrientes, con los carteles de ambas obras brillando a cada lado, es una experiencia que sacude. A la izquierda, el drama social de Perdidamente nos interpela como colectivo: ¿qué hacemos con los que olvidan, con los que cuidan, con los que quedan? A la derecha, En otras palabras nos susurra una verdad más íntima: el amor persiste, incluso cuando la memoria se va. Es como si el destino hubiera querido que estas historias se miraran a los ojos, que dialogaran sin hablarse, que nos obligaran a cruzar la calle y a entrar en ambas, porque en su diferencia está su fuerza. En este 2025, donde Argentina siente el peso de sus transformaciones, el teatro nos regala este encuentro inesperado, este frente a frente que nos recuerda que el Alzheimer, como la vida misma, es un misterio que solo podemos abrazar, nunca resolver.

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