Boy from Heaven, de Tarik Saleh…Una mezcla dinámica de cine negro clásico y drama politico actual, que la transforma en un gran film – 37 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata

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«Boy from Heaven» es una mezcla dinámica de cine negro y drama político (religioso), no muy diferente de la adaptación cinematográfica de Umberto Eco «El nombre de la rosa» (1986), donde Sean Connery busca asesinos en un monasterio donde monjes maliciosamente intrigantes no son tan piadosos como quieren parecer.
De manera similar, el guión de Tarik Saleh pinta un cuadro oscuro de la hipocresía de los exaltados. La sentencia sombría dice que los deseos humanos siempre triunfan sobre los mandatos religiosos. Se presenta una visión completa del mundo religioso, el faccionalismo dentro de la fe en Al-Azhar (Universidad de El Cairo), las divisiones entre liberales y conservadores, lo cual nunca llega a un ataque a la fe islámica en sí.

Su director Saleh cree que los aspectos más controvertidos estarán en su descripción de la interferencia de la seguridad del estado en el establecimiento religioso y el abuso de poder, ya sea por parte de un individuo o una institución.

“El poder es una espada de doble filo, lo cual puede cortar fácilmente la mano”, afirma el protagonista principal, Adam, en la película.

Adam, es un joven pescador de Vischan cuya cabeza lectora le otorga una beca para poder estudiar para convertirse en imán en la famosa Universidad Al-Azhar, el centro absoluto del poder de los sunitas. musulmanes en el mundo. Sin embargo, poco después de llegar allí, «el Gran Imán» muere y Adam se ve envuelto en una sucia lucha de poder entre el estado y la iglesia sobre quién ocupará el distinguido cargo (que, según tengo entendido, está a la par con el del Papa).

Los servicios de seguridad quieren un gran imán amistoso con el presidente, y el coronel Ibrahim tiene la tarea de reclutar a un informante en una universidad, y la elección recae en el frágil y fácil de manejar Adam.

Tarik Saleh, su director de origen sueco impresiona en cómo logra construir mundos creíbles y complejos, a nivel micro y macro. Principalmente lo primero, pero también se aleja del panorama general. Como en algunas de las escenas finales en las que dejamos el drama claustrofóbico, salimos a la calle y vemos a miles de musulmanes tirados en el suelo rezando, personas que se mantienen en la oscuridad sobre el estado de las cosas, pero cuyas vidas se ven afectadas por lo que sucede detrás de las fachadas del poder.
Sus imágenes en el relato son poderosas como reveladoras y permaneceran en la retina del espectador como recuerdo de esta gran película.

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