TOSCA, en el MET, provocación y bipolaridad por Sergio Sosa Battaglia

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En los ultimos tiempos la provocacion al espectador sobre una obra clasica es muy común en las principales salas ; esta revision del director suizo Luc Bondy revivió en la noche de ayer, mostrando una lectura muy visceral , verista, lo cual llega a rozar la vulgaridad sobre todo en el II acto. En su noche de estreno en el 2009, la puesta en escena fue vigorosamente abucheado por el público y denunciada por la mayoría de los críticos. Revivió en abril del 2010 con un nuevo elenco de estrellas (Alagna/Racette/ Struckmann ),al hoy el señor Bondy ha regresado con su «Tosca», jugando con más detalles para una nueva ejecución con la intención de mostrar a ANGELA GHEORGHIU, como la soprano consumada y emocionante que se ha convertido en favorita del MET.
El publico descarto toda estupidez escenica por el canto,siendo la ovacion final a Gheorgiu claro ejemplo, pero merece comentario la ultima escena en la carcel en donde juegan en los momentos previos a su ejecución Cavaradossi distraídamente ajedrez con un carcelero, en este caso ROBERTO ARONICA en rol asi lo hizo en el inicio del III acto.

Gheorghiu como Tosca, y Aronica como Cavaradossi en «Tosca» en el Met.Son ejemplo de voces que algunas brillan mas que otras, pero en este caso Aronica estuvo en todo momento un poco fuera de coherencia vocal, cantó con fuerza, sus notas en «Recondita Armonia» y en «E Lucevan le Stelle» fueron ardientes y llenas de agitación en el uso del tremolo, a pesar de las amplias tempos adoptadas por el conductor PABLO CARIGNANI, lo cual se hizo notar sobre todo en los duos del I acto entre Tosca y Cavaradossi , en donde los mencionados eran totalmente forzados en tessituras por los tempos orquestales en forte marcados por la batuta.

Por su parte, Gheorghiu aceptó hacer nuevamente uno de sus roles mas reconocidos, Tosca. Como siempre, su sonido era brillante, personal,teniendo una caracterización como una coqueta más que ardiente y celosa, durante un primer acto que pesadamente, se sacudió a veces.

Pero en el segundo acto la Gheorghiu encontró maneras creíbles para llevar a cabo las ideas poco ortodoxas del señor Bondy sin dejar de ser fiel a carácter. Su «Vissi d’Arte», apasionado y finamente controlado, fue sensacional. Aquí y en el acto final Gheorghiu estuvo en su mejores momentos, dando la sensacion a los espectadores que en verdad es una «DIVA» en la vida y en el escenario.

El otro trabajo más fuerte de la noche vino del bajo-barítono ZELIKO LUCIC como Scarpia cuyo barón fue contundente como creíble para revelar una mirada lasciva, comiéndose con los ojos grotesco a Tosca. Su «Te Deum» del primer acto;fue rotundamente provocador, su voz fue increscendo como marcó Puccini y luego el toque de mal gusto,el abrazo inquietante a la estatua de la Virgen Maria a final del acto fue innecesario.

Llamados a desempeñar Spoletta y Sciarrone como tontos espeluznantes, TONY STEVENSON y JAMES COURTNEY, estuvieron correctos.. Sumamentes convincentes y entregados al rol como a su canto eestuvieron como Sacristán JOHN DEL CARLO y como Angelotti un joven bajo que en verdad en su corto pasaje demuestra su carrera fulgurante RICHARD BERNSTEIN . El coro en su corta intervencion estuvo correcto y ajustado. La orquesta con esta moda de que los directores ejecuten en fortissimos casi toda la obra hace innecesario mayor comentario, uno sostiene, que el disfrute no es ni la provocacion ni la batuta ma non troppo sino bravura con coherencia.

El señor Bondy en su «Tosca», parece justo decir, nunca será un placer puro; el amor y la crueldad son EROS y TÁNATOS, pues la vida se resume en los extremos, pues en este caso es como si uno diciese que la bipolaridad esta de moda tambien en la opera….

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