TEATRO: «EL PADRE», de FLorian Zeller, en el Multiteatro , la multipremiada obra que al mismo tiempo se esta representado en Londres, Paris y Broadway, en un tour de force memorable de Pepe Soriano y elenco

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EL PADRE de Florian Zeller

Versión de: Fernando Masllorens,Federico Gonzalez del Pino

Multiteatro, función del 14 de junio

Elenco:

Pepe Soriano, Carola Reyna, Fabián Arenillas, Magela Zanotta, Marina Bellati, Gabo Correa

Dirección: Daniel Veronese

Después de los primeros minutos o las primeras escenas, cuando se empieza a relajarse uno en el juego teatral, se tiene la certeza de que tiene un control sobre el relato; toda la ansiedad acerca del sentir de la acción desaparece. No es por lo que en el juego resbaladizo, pero muy gratificante de Florian Zeller sobre Andrés (Pepe Soriano), un hombre de edad avanzada con demencia , y los esfuerzos de su hija Ana(Carola Reyna) para equilibrar su amor por su padre y la necesidad de cuidar de él con las exigencias de su propia vida como con llevar la relación con Pedro (Fabián Arenilla/Gabo Correa).

Ganador del premio 2014 Molière a la mejor obra de Francia, El Padre nos hace ver las cosas como a través de los ojos confusos de Andrés, mientras lucha para dar sentido a un mundo que se confunde progresivamente. ¿Será su pensamiento sombrío? No es. Es un juego que confunde constantemente las expectativas y funciona casi como una película de suspenso, con un borde siniestro, es decir como completos extraños que giran en el departamento de Andrés.

Aunque en un momento uno se pregunta ¿estamos en el piso de Andrés? Un juego que es la vida la vemos como estar llena de engaños, sobre todo en la forma en que los juguetes con el tiempo envejecen, pero a su vez, sin embargo, es la simplicidad misma, y ​​nunca tramposa. Constantemente hace cuestionar la verdad y la naturaleza de la realidad. Pedro ¿es un monstruo que físicamente abusa de Andrés? ¿Por qué la otra hija de André, Elisa, nunca viene a visitarlo? ¿Ana está viviendo en Londres o París?

Hay fuertes ecos de Rey Lear, tanto en la inminente locura y las relaciones padre-hija. Es un juego sorprendentemente sin vigilancia sobre las crueldades de amor y los límites de la paciencia, las relaciones entre padres e hijos se convierten en forma invertida como la vejez se arrastra para arriba y nos atrapa. la dirección brillantemente controlada de Daniel Veronese- en el que la formalidad de la su escena entre el lugar del Andrés comienza a romperse. no restringe en el salvajismo, pero se encuentra con toda la comedia en una situación que tiene sus elementos de farsa aun cuando la tragedia se desarrolla.

La traducción de Masllores/ González del Pino es acertada y las actuaciones son muy movilizantes. Arenillas/Correa esconden los resentimientos de Pedro bajo una sonrisa de cocodrilo, y Carola Reyna nunca intenta hacer a Ana simpática, ofreciendo en su lugar una gracia con problemas que nos hace sentir por su situación aún más al borde. Lo mejor de todo es Andrés de Pepe Soriano: feroz, simpático, juguetón, exasperante y cada vez más roto. Cuando llora, «Me siento como si estuviera perdiendo todas mis hojas,». Uno como espectador siente las grietas del corazón por él, e irónicamente para todas nuestras futuras posibles identidades, nadie esta exento de esta realidad cruel…

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