The Royal Opera House. Rafael Payare, Dirección. Andrei Șerban, Dirección de escena. Sally Jacobs, Diseño de escena, Diseño de vestuario. F Mitchell Dana, Diseño de iluminación. Orchestra of the Royal Opera House Covent Garden. Royal Opera Chorus. Elenco: Sondra Radvanovsky, Turandot. SeokJong Baek, Calaf. Anna Princeva, Liù. Adam Palka, Timur. Paul Hopwood, Emperor Altoum. Hansung Yoo, Ping. Aled Hall, Pang. Michael Gibson, Pong. Ossian Huskinson, Mandarin. Streaming: 5 de abril/2025. Nuestra calificación: muy buena.
La reposición de Turandot de Puccini en la Royal de Puccini en la Royal Opera House, presentada en 2025, es mucho más que un regreso: es la confirmación de que algunas producciones envejecen como los grandes vinos, con carácter, presencia y una vigencia que desafía el paso del tiempo. La puesta de Andrei Șerban, con más de cuarenta años en cartel, sigue ofreciendo una experiencia estética y teatral que hipnotiza desde el primer acorde hasta la última nota del discutido final de Alfano.
Sondra Radvanovsky compone un Turandot monumental. Su voz —afilada, poderosa, perfectamente calibrada— atraviesa la compleja orquestación de Puccini con una claridad impactante. Pero más allá del despliegue vocal, lo que impresiona es su capacidad de encontrar humanidad en un personaje típicamente distante. En “In questa reggia” no solo hay amenaza: también hay historia, trauma, emoción contenida. Cada plano cerrado en el streaming revela matices que en el teatro podrían perderse. Verla así es descubrir una Turandot más vulnerable, más real.
El Calaf de SeokJong Baek aporta calidez y entrega. Su recorrido vocal —desde un fraseo íntimo hasta el estallido lírico del “Nessun dorma”— revela una construcción emocional coherente, que se alimenta también de su historia personal: un cantante que mutó de barítono a tenor durante la pandemia, y que hoy se impone en uno de los roles más exigentes del repertorio. Puede que el personaje no ofrezca demasiada profundidad psicológica, pero Baek logra mantener la tensión y el interés, sobre todo en su interacción con Radvanovsky.
Anna Princeva, como Liù, comenzó con cierta fragilidad y le faltó quizás la última gota de dulzura que hace a este personaje inolvidable. Su «Tu che di gel sei cinta» se sintió un poco forzada en lo vocal, pero logró conmover con la intensidad de su actuación. Adam Palka ofreció un Timur pálido, algo desdibujado, aunque Ossian Huskinson se lució con un mandarín de canto resuelto. En contraste, la reposición vuelve a reunir al trío Ping-Pang-Pong —Hansung Yoo, Aled Hall y Michael Gibson— en una versión impecable. En especial, el Ping de Yoo, un barítono glorioso que merece más protagonismo, brilla con fuerza. Su número del segundo acto, cuando evocan con nostalgia su hogar frente a una bandera de seda pintada, es la sección más humana de toda la ópera y fue cantada con una sensibilidad y musicalidad memorables.
El corazón de este Turandot , sin embargo, también late en el foso. Rafael Payare ofrece una lectura dinámica, vital, que resalta tanto los matices exóticos como las tensiones internas de la partitura. La orquesta de la ROH responde con brillo y precisión, y el Coro, siempre excelente, se convierte en una voz colectiva poderosa, atrapada en el claustrofóbico pabellón de madera diseñado por Sally Jacobs.
La producción visual sigue siendo uno de los grandes logros de Șerban. Cada escena está construida como un cuadro ritual, cargado de símbolos: las cintas rojas, las máscaras grotescas, la estilización gestual. La estética inspirada en la comedia dell’arte no ha perdido su capacidad de sugestión, y aunque algunos elementos orientalistas hoy se perciben con otra mirada, la dirección de reposición de Jack Furness aporta una sensibilidad más contemporánea, sobre todo en el desarrollo de los personajes principales.
Turandot no es una ópera fácil. Su estructura fragmentaria, el cierre añadido por Alfano, el simbolismo cargado de significados cuestionables… Todo esto puede jugar en su contra. Pero cuando la música, la escena y la interpretación se alinean como en esta función, lo que emerge es una experiencia de teatro total. Tradición y vitalidad conviven en un equilibrio que pocas veces se logra. Si no pudiste estar en Covent Garden, no importa: esta Turandot está disponible on line, pues a disfrutarla…