“Ne me quitte pas Il faut oublier” …, cantaba Jacques Brel. Pero no siempre ni todo el mundo se lo toma con tanto razonamiento poético. Como le ocurre a Lila, una de las tres protagonistas de esta comedia, digamos “irresponsable” haciendo honor al título, que ha creado el dramaturgo y director Javier Daulte.

Las tres protagonistas están en la raya superada de los cuarenta y pasan por la maroma de la presunta, de hecho, ya ha estallado antes de empezar porque Lila, ha sufrido un desengaño sentimental; su hermana mayor y una amiga se conjuran para conseguir el deseo poético de Jacques Brel y si bien el ex de Lila sí que la quitte , al menos que lo pueda oublier. La historia va por ahí, en una subida de adrenalina que, por más que se diga que sale de tres señoras con juicio de cuarenta años cumplidos, acaba siendo una explosión de inestabilidad con toques postadolescentes.
Es curioso, sociológicamente hablando, como lo que en el marco privado y en propia piel sería tomado como un drama, cuando se observa cómo un espejo en el escenario se convierte en una comedia alocada y que cumple con creces su objetivo: entretener durante una hora y media para hacernos “oublier” de nuestra realidad post pandemia.
No hablaré del perro, personaje ausente, y de sus … en el jardín. Dejemos que los espectadores lo descubran y que interpreten su significado como mejor les plazca. Sí vale la pena hablar de las tres actrices que son la clave, desde la desesperada Lila (Julieta Diaz), a Fabi, su hermana mayor (Gloria Carra) que intenta no sucumbir al desasosiego de la desconsolada hermana, hasta Núria (Paola Krum), dispuesta a dar el brazo a torcer para salvar de la desesperación a las amigas con las que ha organizado la escapada de fin de semana.
Tres interpretaciones que son el principal atractivo de la comedia y que como director Javier Daulte ha medido con cronómetro en mano incidiendo en el grito en el momento oportuno, la réplica en su lugar justo y situando cada acción, por “irresponsable” o “inmadura” que parezca, en el espacio que la trama exige y que no esconde un cierto aire intrigante. ¿Quiere esto decir que no hay reflexión en «Las irresponsables»? Sí y no. Depende de cómo cada espectador encaje el trasfondo de la comedia.
Una bienvenida a la nueva apertura de la sala del Teatro Astros con una comedia fresca, divertida, intrigante, pero sobre todo con tres protagonistas de lujo que jerarquiza el hábil texto de Daulte.