La Bohème,Teatro Colón: altri tempi social …»los novios no saludarán en el foyer»…

2
1177

Opera en cuatro actos (1896) con música de Giacomo Puccini y libreto de libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en Escenas de la vida bohemia de Henri Murger

Producción del Teatro Colón

Director Musical: Alain Guingal

Director de Escena: Stefano Trespidi

Diseño de Escenografía e Iluminación: Enrique Bordolini

Diseño de Vestuario: Imme Möller

Orquesta Estable del Teatro Colón

Coro Estable del Teatro Colón

Director: Miguel Martínez

Coro de Niños del Teatro Colón

Director: César Bustamante

Reparto

Mimi Verónica Cangemi

Rodolfo Saimir Pirgu

Marcello Alfonso Mujica

Musetta Giuliana Gianfaldoni

Colline Fernando Radó

Shaunard Juan Font

Parpignol Sergio Spina

Benoit Luis Gaeta

Alcindoro Emiliano Bulacios

Guardia Claudio Rotella

Aduanero Leonardo Fontana

Estas son las óperas de Puccini que algunos de nosotros quizás no dejemos de ver nunca más. Pero La Bohème indiscutiblemente no es uno de ellos. Uno toma asiento para La Bohème con feliz anticipación. Cuando Puccini captura debidamente con su partitura brillantemente escrita y construida, esas expectativas rara vez se ven frustradas, aunque en este renacimiento del Teatro Colón los resultados fueron acotados.

No merece la pena dedicarle mucho espacio al espectáculo escénico, porque mis lectores son aficionados a la ópera, han visto este título en más de una ocasión y nada hay en esta producción que no hayan visto en otras ocasiones. Podría perfectamente estar en un museo (recordemos que esta producción fue estrenada en el mismo Teatro en el 2018). La escenografía y la ilumlnacion son obra de Enrique Bordolini las cuales están en la más pura tradición. El vestuario de Imme Möller se ajusta en estilo, aunque a veces sus modelos no van con la época del año planteada en la obra. Nada de nuevo aporta esta producción que no haya sido vista una y cien veces. Para mi gusto lo menos conseguido es el acto del Barrio Latino, ya que la excesiva escenografía deja muy poco espacio para el movimiento de masas, quedando todo excesivamente abigarrado. Y el coro en voces al no tener alturas diversas en piso, se escuchó como “pasticcio”, aunque remarco que su breve desempeño es correcto ante la propuesta vista.

Prensa Teatro Colón

Juan Font fue un Schaunard adecuado, Fernando Rodo mostro un Colline correcto sobre todo de destaque fue su «Vecchia zimarra, senti».

Como un ardiente y joven Rodolfo, Saimir Pirgu fue siempre convincente. En el primer acto, simpático y juguetón como pocos otros, en el último acto, sinceramente conmovido. Desafortunadamente su voz, en la función del martes pasado no siempre estuvo adecuada. El timbre de anhelo robusto, cálido, llegó a un punto crítico; especialmente en el primer acto, la voz sonó tensa en la posición media, pero facilitó sus notas altas con facilidad. Desde en «chi son», antes de que Rodolfo se imagine como «poeta», fue mejor, y con «O soave fanciulla» parecía estar completamente en su elemento. Su squilo amplio en particular al final del segundo acto registro un agudo fuera de partitura, que pareció a este melómano estar escuchando a un Manrico de Il Trovatore Verdiano y no a un Rodolfo Pucciniano.

Prensa Teatro Colón

Como Musetta, hambrienta de hombres, la soprano Giuliana Gianfaldoni, de coloratura chica desempeño el papel de manera descarada, siendo al menos entretenida. El exceso de rubati en «Quando m’en vo ‘» fue un tanto molesto. Su Mimi fue Veronica Cangemi, quien, sin embargo, se mantuvo bastante pálida. Si no se le tiene en cuenta la nota superior no muy limpia al final de «O soave fanciulla», hizo lo que se necesitaba, pero apenas supo cómo ajustarse al último acto. Si uno no conociera la puesta en escena, difícilmente la habría notado en el Café Momus.

El resto golpeó tan valientemente como se esperaba: Emiliano Bulacio dio como broma al propietario y galán de Musetta, y ​​Alfonso Mujica realizó un Marcello atractivo a la escena y adecuado en voz.

Si escénicamente estamos ante una Bohème más, otro tanto podemos decir en términos musicales. La dirección de Alain Guingal fue correcta, limpia y no mucho más. Prácticamente lo mismo se puede decir de la prestación de la Orquesta Estable del Teatro Colon.

En resumen, una apertura deTemporada Lírica, en donde luego de dos años de pandemia, sirvió para que la “rancia sociedad argentina”, se pusiese de etiqueta y transformase al T. Colon en la vidriera de altre tempi para asistir a una Bohème apta para nostálgico y turistas, con la aclaración que los “novios no saludarán en el foyer” …

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí