Diseño de luces:Agustín DI Grazia
Diseño de movimientos:Jazmín Titiunik
Jueves 21,30
Tadron Teatro (Niceto Vega 4802)
Una obra de cámara, de excelencia se puede ver todos los jueves a las 21,30 en el Tadron Teatro. La misma se llama Kurt Weill, el amor y la otra piel.
La voz será la de la esposa de Weill la célebre cantante y actriz Lotte Lenya, la cual, entre exilio, cabaret, prostitución, llegó a estar nominada al Oscar como mejor coprotagonista por «La primavera romana de la Sra. Stone» (basada en la obra de Tennessee Williams). En un ámbito ideal de intimidad, uno se encuentra frente a esa Lotte niña que de golpe y por la necesidad pasa a ser mujer, una Lotte que su propio drama social la lleva a su voz y a ser un personaje clave en el Berlín de los 30, una Lotte que relata su gran amor y el encuentro con Weill, el cual le dice…” el amor es la música y planteó la necesidad de hacer el amor con ella” … pues claro, esa niña o mujer. Espera y busca esa consumación, la consumación del amor, pero ella acepta esa relación junto a Weill, mientras posee amoríos fuera de la relación. Pareja abierta, con otros principios, pero que se fagocitan entre ellos de forma directa. Weill /Brecht escriben y su cantora será Lotte. Las atrocidades de la guerra y el exilio marcan en si su bipolaridad emergente, que busca Lotte, quien será Lotte sin Weill… En este breve resumen esta la obra intima como magistral que escribió Carlos VIttorello, con una dirección de escenas al estilo como se planteaba en la obra de Weill/Brecht “Los siete pecados capitales”. Habilidad de relato y muestra escénica atrapante se centra en la actriz Mercedes Olivera la cual sin intentar imitar a Lotte en lo vocal desarrolla su canto con una bella voz e intensidad escénica (probablemente se debería remarcar un poco más las frases en las canciones alemanas de cabaret seria lograr el ideal). Una Olivera que emerge de todos los estadios de la obra como una pantera al acecho, una Lotte que es el resultado de una sociedad machista, clasista y que conspira con una figura emergente que marca época y que luego será un mito/leyenda en la historia del S XX.


Pero claro no puede existir Lenya si no estuviese la música presente, en este caso como un camaleón se halla la exquisita pianista y compositora Estela Ojeda, la cual realiza todas las improntas encuadrando al espectáculo y relatando en su silencio, pero con su voz en las teclas del piano el espíritu emocional de Weill y Lenya.
Una obra que da el resultado óptimo, el cual es el éxito de público, el éxito que se genera a través de la boca en boca. Una obra árida como emocional que nos muestra un personaje que marco el S. XX, una mujer, una mujer que fue objeto del hombre y que vivió buscando el amor.