miércoles, 27 de septiembre de 2023
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IL TABARRO / EL CASTILLO DE BARBA AZUL, Puccini- Bartok con Gregory Kunde, Maria Agresta , Luca Salsi – Opera de Roma (crítica y video de la función)

LECTURA RECOMENDADA

Ópera de Roma

Michele Mariotti, Director – Johannes Erath, Director de escena

Katrin Connan, Diseño de escena – Noëlle Blancpain, Diseño de vestuario – Alessandro Carletti, Diseño de iluminación

Orchestra del Teatro dell’Opera di Roma

Luca Salsi, Michael – María Agresta , Giorgetta – Gregory Kunde, Luigi 

Didier Pieri, Tinca – Roberto Lorenzi, Mole – Enkelejda Shkoza, 

La Frugola – Mikhail Petrenko, Barba Azul – Szilvia Voros, Judith

El director Johannes Erath ha llevado la realidad ribereña de «Il tabarro» al backstage de un teatro en su última producción. En esta nueva visión, los estibadores de antaño se transforman en los trabajadores del teatro actual, y el Sena se convierte en un telón de fondo pintado que representa algún espectáculo que nunca veremos. Giorgetta, interpretada de manera grácil pero dramática por María Agresta, se mueve con elegancia en un mundo que no le pertenece. A su alrededor, los gestos lentos y repetitivos de los trabajadores de las barcazas fluviales, como levantar cabos y descargar toneles, son interpretados por una compañía de mimos, una elección brillante del director que demuestra su aguda intuición.

Il Tabarro © Ópera de Roma | Fabrice Sansoni

El maestro Mariotti retrata magistralmente la compleja humanidad de fondo que Puccini describe en su obra. Sus interpretaciones caricaturescas, luminosas y precisas resaltan los aspectos más llamativos de los personajes y las situaciones. Desde el emotivo «¡Oh! Issa! ¡Oh!» hasta las referencias autoreflexivas del tema de Mimì de «La bohème», Mariotti captura la esencia misma del compositor italiano. En este mundo desolado, donde el escenario se reduce a un telón blanco que refleja las luces del escenario, Giorgetta sueña con París con el telón cerrado. Es entonces cuando la deseada Belleville se materializa ante sus ojos, desplegando un triunfo de vestidos, colores y luces. Sin embargo, esta ilusión brillante pero efímera está destinada a desvanecerse, al igual que la luz de una bola de discoteca sostenida por dos amantes de espaldas al público mientras dura ese sueño.

Todo se precipita en un instante: el idilio de amor entre Giorgetta y Luigi se desmorona rápidamente ante la brutalidad de su esposo, Michele. Gregory Kunde ofrece una excelente interpretación de Luigi, especialmente en el dúo, mientras que Luca Salsi equilibra perfectamente la firmeza y el sufrimiento oculto del personaje de Michele, marcado por la pérdida de un hijo.

En la segunda ópera de este díptico en particular, las elecciones de Erath se vuelven aún más sofisticadas. Su imaginería encaja a la perfección con la evocadora partitura de «El castillo de Barba Azul» de Bartók y el simbólico texto de Béla Balázs. En esta ocasión, el escenario no muestra las siete puertas esperadas; solo las imaginamos gracias a los movimientos aterrorizados de Judith, vestida con un brillante azul. Ella es la única fuente de luz en medio de los tonos grises de los fantasmas que se proyectan en la pantalla detrás de ella, frente al aséptico Barba Azul. Este último, con guantes de plástico, acomoda joyas en un bolso, preludio de su violencia inminente. Los mimos, que ya conocimos en «Il tabarro», regresan como personificaciones humanas de la oscura curiosidad que va apoderándose gradualmente de Judith en el castillo, hasta su desaparición final en la noche, cuando queda dormida en los brazos de Barba Azul.

Michail Petrenko (Barba Azul) y Szilvia Vörös (Judith) © Ópera de Roma | Fabrice Sansoni

En resumen, Johannes Erath ha logrado una reinvención cautivadora de estas dos óperas. Su enfoque en el backstage del teatro, donde los trabajadores actuales encarnan a los estibadores del pasado, y su imaginativa utilización de los mimos como símbolos de la acción y el misterio, brindan una nueva perspectiva a estas historias conocidas. Las interpretaciones de María Agresta, Gregory Kunde y Luca Salsi son destacables, capturando tanto las pasiones desbordantes como las sutilezas emocionales de sus personajes. Además, la elección de combinar la música de Puccini con la de Bartók enriquece la experiencia y añade profundidad a las obras.

En definitiva, la producción de Johannes Erath nos transporta a un mundo de sueños, ilusiones y pesadillas, donde la realidad se desvanece emergiendo la belleza junto a la tragedia las cuales se entrelazan en un ballet teatral de emociones humanas.

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