La isla Mauricio, ubicada al sur del Océano Indico a unos 900 km de Madagascar, ofrece un rico pasado y paisajes sugestivos…pero el fin de esta nota es mas bien una penosa historia.
Llegue a la capital, la capital, Port Louis fundada por los franceses en 1735. Si bien estamos en África la mayoría de la población proviene de la India. Tiene una actividad frenética, ruidosa… sobretodo en la zona del mercado central, donde se compran especias, artesanías, alimentos, indumentaria de dudoso origen…todo se mezcla a temperaturas altas con una multitud que va y viene a pulso acelerado.
Cerca de alli esta el Jardin de la Compañía, que si bien es pequeño, esta bien cuidado y sirve como relax a la sombra de grandes arboles que combinan con algo de silencio. Creado por la Compañía Francesa de las Indias Orientales, a un par de cuadras esta el Museo de Historia Natural, que es bien es chico, se recorre en unos minutos…pero tiene una razón y tema de este relato para visitarlo: el esqueleto completo del Dodo, el ave extinta más famosa del país.
Por la tarde visite el Lago Sagrado de Grand Bassin, un lago apoyado en el cráter de un volcán que es una de las metas mas antiguas de peregrinaje de la población hindú. De acuerdo a la tradición este espejo de agua habría surgido de las gotas del rio Ganges, caidas de la cabeza del Dios Shiva, fascinado por la belleza de la isla. La gran población hinduista de la isla va en peregrinación durante el Maha Shivaratree («la gran noche de Shiva» que se celebra el 13 del mes Phalguna del calendario hindú) y entre sus coloridos rincones es común encontrar inciensos encendidos, ofrendas de flores y frutas a los pies de los altares de los diferentes dioses.
Mas tarde llegue a disfrutar tal vez lo mas promocionado y preferido por los turistas en busca de paisajes tropicales de ensueño de la isla. Ile-aux-Cerfs es una invitación al relax en un ambiente único con deslumbrantes playas de arena blanca con el mar tibio de color turquesa. Fue buen momento para nadar en aguas traslucidas para después descansar un rato bajo las coníferas que bordean la playa impecable.
Pero vuelvo a la triste historia del ave extinguida: el dodo era un ave del tamaño de un cisne gordo con pico grueso, con alas cortas que no le permitían volar. De plumaje gris y patas robustas. Desapareció entre 1665 y 1670. Fueron muertas por miles, y a palos, ya que tenia fama de tonta ya que no podía volar y no escapaba del hombre, lo que hacia muy facil atraparlo.
Su nombre puede provenir de la palabra holandesa «dodoor» (lento) o de la portuguesa «dodo» (tonto) ya que la isla fue visitada por portugueses en 1507. Según los primeros en describir este pájaro, los holandeses, su carne dura y de gusto desagradable no era comestible, solo se podían utilizar sus plumas. Aunque las notas de la época indican que era cazado mas como deporte o diversión. Evolutivamente, se cree que el dodo surgió de la evolución de las palomas que migraban entre África y el sudeste asiático. Desde su llegada a la isla, los dodos perdieron la capacidad de volar y se convirtieron en el ave andante y amigable que los primeros exploradores encontraron al llegar a la isla.
Actualmente se piensa que mas por el efecto de la caza indiscriminada, la extinción se debió a la introducción de especies que no existían en la isla: perros, gatos, ratas y monos también se sumaron a la caza no humana del dodo. Y mientras los hombres destruyeron los bosques donde los dodos Vivian, los cerdos y monos terminaron con sus huevos, ya que al no poder volar, anidaban en el suelo.
Aun extinguido, a diferencia de animales mas antiguos, hay escrituras de gente que los vieron con vida como pinturas donde aparece. En su época no se le dio importancia a su extinción hasta principios del Siglo XIX donde ya era una figura muy rara y comenzaron a pensar que se trataba de un mito. Recién en 1865 a partir de restos óseos y tratados escritos por el profesor George Clarke se inicio el interés por el y ese mismo año «renació» como un personaje mas de «Alicia en el País de las Maravillas».
Hoy es icono del país, se vende como souvenir en todas las formas y su figura estampada en distintos objetos hasta vestuario. Como homenaje a la triste historia del pajarito