CARAVAGGIO, ballet de Bigonzetti en el cual Roberto Bolle revive al gran maestro – Teatro Colón

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Caravaggio

Ballet en dos actos. Coreografía: Mauro Bigonzetti.

Música: Bruno Moretti, sobre piezas de Claudio Monteverdi.

Ballet Estable del Teatro Colón; dirección: Mario Galizzi.

Bailarines invitados: Maria Khoreva y Roberto Bolle

Reposición: Roberto Zamorano. Luces: Carlo Cerri.

Vestuario: Kristopher Millar.

Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por el compositor.

La obra de Bigonzetti, inspirada en la obra de Caravaggio, cautiva al espectador con una duración de casi dos horas. A pesar de que han pasado 400 años desde la muerte del genial y controvertido maestro del barroco, la obra sorprende, emociona y lleva a la reflexión. A diferencia de los ballets clásicos, esta pieza no narra una historia de ficción en particular, pero logra llenar el magnífico marco dorado que domina la escena con vida, pasión, misterio, un lenguaje corporal exquisito y una potente expresividad, como las que surgen en los cuadros del pintor.

En este montaje, no solo las piernas de los bailarines desempeñan un papel protagónico, sino todo su cuerpo, incluyendo los brazos y las estilizadas siluetas. La iluminación, a cargo de Carlo Cerri, intenta capturar la atmósfera de claroscuros plasmada por Caravaggio en sus lienzos, utilizando los medios técnicos más modernos disponibles. Sin embargo, el secreto de la peculiar técnica de Caravaggio sigue siendo un misterio impenetrable, a pesar de los numerosos libros y teorías que han surgido a lo largo del tiempo.

Crédito: PRENSA TEATRO COLÓN / MAXIMO PARPAGNOLI

Caravaggio falleció el 18 de julio de 1610 en Porto Ercole, Monte Argentario, en la Toscana, después de una vida tumultuosa. Aunque su técnica artística sigue siendo enigmática, su legado perdura y continúa inspirando a artistas y espectadores en la actualidad. La influencia de Caravaggio en el arte es innegable, esta pieza de Bigonzetti es un ejemplo claro de cómo su obra sigue fascinando y reinterpretandose en la actualidad.

En el rol de Caravaggio, Roberto Bolle demuestra toda su versatilidad como intérprete en claroscuros durante su debut tardío en el Teatro Colón. Su cuerpo atlético proyecta la imagen de un ser cautivador, inmortalizado en el arte, que ha dedicado su vida a explorar los límites de la existencia. Su compañera de baile, María Khoreva, aporta delicadeza y refinamiento al papel de la Luz, convirtiéndose en una Etoile que, al bailar en puntas, parece otorgar libertad a sus movimientos escénicos. Los destacados bailarines Ayelén Sanchez, Lola Mugica, Camila Bocca, Emilio Falcone, Nahuel Prozzi y Jiva Valdez personifican magistralmente algunos de los personajes y situaciones inmortalizados por Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio. Estos artistas encarnan con destreza y expresividad los cuadros vivientes de la vida y obra del famoso pintor barroco.

Crédito: PRENSA TEATRO COLÓN / MAXIMO PARPAGNOLI

La música de Monteverdi, contemporáneo del pintor, ha sido adaptada por Bruno Moretti especialmente para esta obra. La emocionante interpretación de la orquesta de la Estable, dirigida por el propio autor , complementa perfectamente la puesta en escena.

Con trazos amplios, Bigonzetti recorre los momentos clave de la vida y obra de Caravaggio: el enigma de la luz, su viaje a Roma, el Baco, la escena del sacamuelas en la taberna, jóvenes músicos, jugadores de cartas, peleas callejeras, duelos, la vocación de San Mateo, San Mateo y los ángeles, el martirio. Cada momento es recreado con maestría y cuidado, capturando no solo la esencia sino el espíritu de las pinturas originales.

Crédito: PRENSA TEATRO COLÓN / MAXIMO PARPAGNOLI

En esta pieza, el talento de los bailarines y la música evocadora se fusionan para recrear la pasión, la intensidad y la atmósfera misteriosa que caracterizan las obras de Caravaggio. El público se sumerge en un mundo visualmente deslumbrante, donde el arte cobra vida y trasciende los límites del lienzo. A medida que la obra se desarrolla, el espectador es transportado a través de la historia y las emociones, dejándose llevar por la magia del ballet con la influencia perdurable de uno de los grandes maestros del arte.

Esta pieza es un tributo no solo a Caravaggio, sino también a la capacidad del arte de trascender el tiempo y seguir inspirando generaciones posteriores. El legado del pintor perdura en cada movimiento, en cada gesto y en cada nota de música, recordándonos que el arte es una poderosa forma de comunicación que puede impactar nuestras vidas y despertar nuestras emociones más profundas.

En resumen, la obra de Bigonzetti inspirada en Caravaggio es un testimonio del poder duradero del arte y su capacidad para emocionar a través de los siglos. Esta pieza es un homenaje a la genialidad del maestro barroco y una celebración de su legado, llevando al público a un viaje inolvidable a través de la belleza y el misterio de sus obras maestras. Es una experiencia artística que trasciende el tiempo y nos invita a reflexionar sobre el impacto perdurable del arte en nuestras vidas.

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