Crítica de ‘Wicked Parte 1’: Un regreso deslumbrante a la Ciudad Esmeralda
Con una historia que desafía las narrativas tradicionales y reimagina los personajes de un clásico como El Mago de Oz, Wicked Parte 1 es una experiencia cinematográfica que roza la perfección. Adaptando el icónico musical de Broadway, esta primera entrega logra encapsular toda la magia, emoción y profundidad del material original, mientras expande su universo con lujo y detalle.
Un espectáculo visual y emocional
Desde el primer minuto, Wicked atrapa al espectador con una escenografía que combina la opulencia del cine clásico con la tecnología de vanguardia. Pablo Helman, el argentino encargado de los efectos especiales, transforma cada rincón de Oz en un sueño visual: desde los vibrantes verdes de la Ciudad Esmeralda hasta los matices sombríos que envuelven la narrativa de Elphaba, todo se siente vivo y mágico. Cada escena está impregnada de un diseño minucioso que no solo impresiona, sino que también enriquece la historia que se cuenta.
La música, un pilar fundamental, se convierte en un personaje más. Las canciones, interpretadas con maestría por un elenco que brilla tanto en lo vocal como en lo actoral, no solo conectan con el público sino que permanecen en su memoria mucho después de que terminan los créditos. Ariana Grande y Cynthia Erivo entregan actuaciones inolvidables como Glinda y Elphaba, respectivamente. Grande aporta un toque extravagante y caricaturesco a la superficial Glinda, mientras que Erivo llena de matices emocionales a Elphaba, convirtiéndola en un personaje profundamente humano y conmovedor.
Un guion cargado de matices
Uno de los mayores aciertos de esta adaptación es la forma en que aborda los prejuicios y las percepciones. ¿Quién decide quién es realmente bueno o malo? Wicked Parte 1 juega con esta ambigüedad moral, invitando al espectador a reflexionar sobre cómo las historias cambian dependiendo de quién las narra. La tensión entre Glinda y Elphaba no solo refleja sus personalidades contrastantes, sino también una crítica más amplia a los juicios sociales y la polarización actual.
La historia, aunque se centra en su amistad compleja y cargada de conflictos, nunca pierde el ritmo. A lo largo de tres horas que se sienten como un suspiro, el guion logra equilibrar momentos de humor, drama y espectacularidad, asegurando que tanto los amantes del musical como quienes lo descubren por primera vez encuentren algo que amar.
Magia y humanidad en perfecta armonía
La película no solo es un espectáculo visual, sino también una exploración profunda de la humanidad. Las emociones de sus protagonistas, desde el miedo hasta la ira, se manifiestan no solo en sus actuaciones, sino también en el propio diseño de producción. Elphaba, con sus estallidos incontrolables de magia, y Glinda, con su vanidad superficial, son más que personajes: son alegorías de nuestras propias luces y sombras.
Conclusión: un musical inolvidable
Wicked Parte 1 establece un estándar altísimo para las adaptaciones cinematográficas de musicales. La calidad de la producción, el lujo visual y la profundidad emocional hacen que esta primera entrega sea una experiencia única y enriquecedora. Aunque la segunda parte podría no alcanzar el mismo nivel de brillo según la estructura teatral, esta obra inicial es, sin duda, un triunfo.
La Malvada Bruja del Norte no está muerta. En realidad, acaba de renacer, y esta vez, la vemos tal y como es: una heroína en un mundo que nunca la comprendió.