TANNHAUSER, con un elenco de lujo en el MET

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Gracias Mtro. Levine

Tannhäuser
Musica y texto RICHARD WAGNER

Elenco
(en orden vocal de aparición)

Venus (mezzo) MICHELLE DeYOUNG
Tannhäuser (tenor) JOHAN BOTHA
Shepherd (soprano) YING FANG
Landgrave Hermann (bajo) GÜNTHER GROISSBÖCK
Walther (tenor) NOAH BAETGE
Biterolf (bajo baritono) RYAN McKINNY
Wolfram (baritono) PETER MATTEI
Heinrich (tenor) ADAM KLEIN
Reinmar (bajo) RICARDO LUGO
Elisabeth (soprano) EVA-MARIA WESTBROEK
Pages trebles, TBA
Three Graces TBA
Dtor JAMES LEVINE

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The Metropolitan Opera Orchestra
The Metropolitan Opera Chorus
The Metropolitan Opera Children’s Chorus
The Metropolitan Opera Ballet

Produccion: Otto Schenk
Set designer: Günther Schneider-Siemssen
Costume designer: Patricia Zipprodt
Lighting designer: Gil Wechsler
Choreographer: Norbert Vesak
Chorus master: Donald Palumbo
Musical preparation: John Keenan,
Robert Morrison, Carol Isaac,
Bryan Wagorn, Nimrod David Pfeffer
Assistant stage directors:
Phebe Berkowitz, Peter McClintock
Stage band conductor: Gregory Buchalter
Children’s chorus director: Anthony Piccolo
Prompter: Carol Isaac
German coach: Marianne Barrett

Production a gift of the Fan Fox and
Leslie R. Samuels Foundation, and
the Metropolitan Opera Guild

Revival a gift of
Ambassador and Mrs. Nicholas Taubman

Asistir al MET , con sus nuevas producciones más de una vez a uno le causa estupor. En este caso el reencuentro de este crítico con tan importante sala no fue así en este 2015.
La producción del célebre Otto Schenck debuto en dicho teatro en 1977, luego estuvo sin reponerse por más de una década. Su vestuario con batas, vestidos, espadas, paisajes e interiores góticos, fue de buen gusto. La producción ilustra la historia de manera lineal, y respetando las pautas planteadas por Wagner en su libreto.
Dentro de la gruta húmeda de Venus, el bosque, la sala de reuniones del castillo de Wartburg, la dirección de Stephen Pickover se vivió de manera, natural y fluida. Los movimientos simples e interacciones de los cantantes son suficientes para humanizar a los personajes, cruzando la línea entre concierto organizado y la ópera. Todos en el elenco son nada menos que excelentes. Cantando el caballero trovador está tenor Johan Botha. Su voz es sustancial, y él tiene la resistencia, como la facilidad en su registro superior, para el papel. Él no puede tener el peso oscuro atribuido a la voz heldentenor casi legendaria, pero no hay nada que objetar.
Botha cantó con el control de la respiración excepcional y fraseo. Él no es un gran actor, pero él tiene carisma en el escenario, y la voz hizo el resto. Sus títulos musicales de emoción a lo largo de los estribillos de «Lob Dir töne!» fue maravilloso, especialmente en lo que se mantuvo un legato constante, por lo que sus modulaciones expresivas brindo matices sutiles a lo largo de su espectro; utilizando su voz toda la noche para diferenciar los deseos conflictivos del personaje.
La mezzo-soprano Michelle DeYoung es Venus, en todo momento pareció disfrutar del papel, cantando con brillantez y lujuria de poder. Ella y Botha realizaron una intensa participación conjunta en la escena de Venusberg, su capacidad en su papel igualó a su coprotagonista. Se oyó el inicio de «Geliebter, sag» con una inquietante curiosidad lo cual ofreció este tramo agotador sin contratiempos.
La voz más poderosa en el escenario fue la de la soprano Eva-Maria Westbroek, la cual cantó Elisabeth. Su G en la frase inicial del «Dich, teure Halle» llenó la sala. Durante toda la noche, su instrumento vocal tuvo más presencia que cualquier otra, incluidos los instrumentos del foso.
La fuerza de Westbroek vocalmente con carácter fuerte, dio una mujer plenamente realizada, en vez de una niña. Cuando ella camina delante de los caballeros juglares compañeros de Tannhäuser, ante sus espadas desenvainadas y listos para matarlo por sus pecados del sexo y el paganismo, su autoridad y mando son sustanciales como asombrosamente dramáticos.
Así también dentro de este cast de lujo el barítono Peter Mattei como Wolfram, sigue girando en una notable actuación tras otra en el Met, la música de Wolfram no sólo le sienta bien para su voz, sino que a su vez es pura y hermosa, su fraseo fue simple, sin adornos de una manera que parecío perfecto. Su «umher Blick ich» a sido encantador, y el epítome de su arte se ejemplifica en el tercer acto: la primera línea de «Wohl wußt’ich» Mattei da el movimiento, que poco a poco añade peso musical lo cual finalmente asienta en la nota (si bemol), brindando un final lleno de expresión y significado.
James Levine llevó a los cantantes y la orquesta en una actuación llena de su Maestría en el podio, el ritmo de Levine fue excelente y bien modulado en todo, empujando hacia adelante cuando las emociones se agitaron. El juego orquestal en todo el acto III fue excepcionalmente lírico. Levine dio todo a los cantantes la oportunidad de brillar, y todo era genial, a su vez.
La soprano Ying Fang brillante en la pequeña parte del pastor, y el bajo Günther Groissböck cantó el papel de Hermann con una presencia vibrante de voz, color bajo completo y entonación perfecta sin pesadez. El coro en sus partes fue el contrapunto excepcional de esta versión.
El Met está utilizando la versión de París de la ópera, que se ha convertido esencialmente en la norma, lo que significa la música Venusberg , la orgía de hadas y ninfas justo después de la obertura. Esto se muestra por un complemento de bailarines que se mueven en las semifinales de la sombra de la gruta-la coreografía es de Norbert Vesak .
Esta versión será recordada por tiempo, puesto por una dirección del célebre JAMES LEVINE, como así por la excelencia vocal. El espíritu de Wagner se sintió como si hubiese bajado en esta función en el MET, gracias MAESTRO LEVINE por su entrega y compromiso para esta nueva revisión, la esta función se recordará por su excelencia.

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