Ópera
La traviata
Juventus lírica
Versión tradicional
Música de Giuseppe Verdi y libreto de Francesco María Piave
Inspirado en La Dama de las camelias de Alexandre Dumas
Dirección escénica: Ana D’ Anna
Dirección musical: Antonio María Russo
Función del 1 de junio Teatro Avenida
Elenco
Violetta Valéry: Ivana Ledésma
Alfredo Germont: Pablo Urban
Giorgio Germont: juan Font
Gastone: Matías Ibarra
Flora Bervoix: Johana Padula
Annina: María Almedia
Barón Douphol: Marcelo Iglesias Reyes
Marqués D’Obigny: Leonardo Fontana
Giuseppe y Cocinero: Tomás Cuadra
Comisionado: Raúl Dip
Bailarines: Lorena Barrionuevo y Brian Jesús Fornes
Crónica
Traviata es de esos títulos que crean expectativa en el público: una historia atrapante con amor, intrigas, decepción y una increíble protagonista ,todo regado con la maravillosa música de G. VERDI; pero tiene sus pro y sus contras. A la sala llena, Juventus Lírica lo dio todo. Por cuestiones de agenda llegamos a la última función pero era imperdible esta versión.
Cómo “contra”, diré que es de esas obras que el publico conoce casi de memoria y, no podes equivocarte en una nota.
La batuta del Maestro Antonio María Russo sonó fantásticamente en estilo. Se podían escuchar los primeros compases de cualquier grabación icónica.Un poco lento el primer acto,daba la impresión de que todos se estaban acomodando ritmicamente: orquesta, solistas y coro (que sonaron y actuaron muy ajustados y con potencia vocal, gracias al trabajo del ya experimentado Hernán Sánchez Arteaga). Mucho mejor sonaron el resto de los actos en cuanto al ensamble musical.
Una puesta clásica se basa en una correcta ambientación, luces y vestuario. Hoy en Argentina los costos pueden ser onerosos pero cuidar cada detalle y largo es esencial para comodidad de los cantantes y la vista de la puesta. Así, por ejemplo, Alfredo Germont debe lucir el frac y los zapatos correspondientes a su clase.
Ivana Ledesma estuvo en personaje. Si bien no se notó cómoda con las coloraturas del primer acto,la voz sonó más relajada en los momentos que se necesita una soprano dramática en el escenario. Es muy difícil oscurecer todo el tiempo en roles con tantas exigencias vocales; pero notoriamente si se descolocaba una nota al siguiente compás se acomodaba. Un gran trabajo que se está madurando.
A Pablo Urban le faltó (cómo diría mi abuela) un hervor. Se lo notó muy incómodo y hasta petrificado en el primer acto. Después se fue soltando, pero este es un rol vocalmente muy exigente y se necesita un tenor con mucha potencia para soportar los fortes de la orquesta y las frases musicales de las sopranos. Elegir los roles para cantar es más que una expresión de deseo y cómo no hay muchos tenores asumo que lo vamos a seguir escuchando por estos teatros.
Juan Font fué un sólido Giorgio Germont, vocal e histriónicamente. Llevó las escenas con soltura y la voz corría por la sala.
La pareja de bailarines, Lorena Barrionuevo y Brian Jesús Fornes, dio realce y sabor a la escena, un dulce lujo de la puesta. Aun su emplazamiento en el escenario fue sumamente correcto, no sobrando visualmente ni sobrecargando.
El resto del elenco se desenvolvió correctamente, muchos era la primera vez que cantaban pero se los noto en estilo.
La Traviata,con un elenco joven lleno de expectativas dejó al publico conforme que atronó la sala de aplausos recompensando este largo y minucioso trabajo lírico.