CAVALLERIA RUSTICANA y PAGLIACCI ( Teatro Colon) cuando el verismo se transformo en 3 x 4

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Libreto de Giovani Targioni-Tozzetti(sobre la obra de Giuseppe Verga)

Elenco: Enrique Folger (Turiddu), Guadalupe Barrientos (Santuzza), Leonardo Estévez (Alfio), Mariana Rewerski (Lola), Laura Domingues (Mamma Lucia).

Producción de la Ópera de Valonia, Lieja.

Dirección musical de Roberto Paternostro.

Dirección de escena, escenografía e iluminación de José Cura.

Vestuario de Fernando Ruiz.

Orquesta, Coro Estable y Coro de Niños del Teatro Colón.

Nuestra Calificación: REGULAR

Por Sergio Sosa Battaglia

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Uno puede decir que nunca lo ha visto todo, y que los criterios de una regie estrella suelen superar hasta al mismísimo autor de la obra, tal el caso de esta versión de Cavalleria Rusticana del genial Pietro Mascagni.

Pero comencemos primero por la parte interpretatica y orquestal. EL director Paternostro, nos dio una batuta en el podio lleno de fortes y tempos lentos en la lectura del celebre Mascagni, por momentos tuvo grandes contradicciones entre los cantantes y la interpretacion de la orquesta , y asimismo el discreto encanto vocal que esta versión tuvo el jueves proximo pasado en el Teatro Collon de Buenos Aires nos dio una versión olvidable de esta genial pieza verista, el hablar de este estilo no significa gritar o cantar al borde de un personaje border, sino hacer una obra realista, natural, lo cual en esta oportunidad no se ooyo, aunque todas las voces pertenecen a destacados intérpretes de la lirica nacional de la actualidad..

Antes de empezar la función se anunció al público que Guadalupe Barrientos padecía problemas de salud y trataría de llevar adelante su papel de la mejor manera. Es de destacar que esta intérprete supo sostenerse de manera loable y correcta en su cuerda, tal como lo demostró al interpretar “Voi lo sapete, o mamma”.

En el caso del Turiddu asumido por el tenor Enqrique Folger y el Alfio en la voz del barítono Leonardo Estevez, no tuvieron el lucimiento vocal que nos tienen acostumbrados , fueron claros ejemplos de lo expresado la siciliana “O Lola ch’ai di latti “ del comienzo y el aria de presentación de Alfio “”Il cavallo scalpita”

Mamma Lucia, reemplazada en esta función por Laura Domingues, estuvo correcta y en sus intervenciones demostró la excelente cuerda que posee.

Pero volviendo al planteo inicial; ¿qué pasaría si se presentara una figura estrella estrella de la lirica , que aparte sea compatriota ,como regista/iluminador/escenografo de toda una puesta? Pues es el caso de estas representaciones en el T. Colón. El afamado tenor José Cura vuelve a estar como responsable en todas esa facetas de una versión operística que también protagoniza, como en el caso de I Pagliacci. Y uno se pregunta ¿con qué criterio alguien se permite decidir cambios en partitura y apuesta a potenciar su intromisión al punto de intervenir el libreto, modificar la historia y hacer cambios absurdos a los planteos de tiempo y lugar definidos por el dramaturgo italiano G. Verga, autor del libro original de Cavalleria Rusticana.

Todo arranca con el cambio temporoespacial, la acción se traslada a la calle Caminito (Barrio del a Ciudad de Buenos Aires) a comienzo del siglo XX.

Se ve a los personajes y su entorno con un vestuario fuera de toda credibilidad a la epoca, ejemplos: Turiddu está caracterizado como Fascista(botas de montar negras, breach negro y camisa gris oscura), las mujeres con trajes de paisanas, los varones con ropas de diversos tipos, y aún nos falta “la cerise du gâteau”: el sacerdote ataviado con casulla anglicana en un lugar de raíces católicas.

Luego el concepto de tergiversar algunos datos en la historia, Santuzza embarazada dando una figura con culpa que se siente en pecado ya no por la infidelidad sino por la virginidad perdida antes del casamiento. El celebre final con el grito desgarrador más famoso de la historia de la lirica mundial, el “ Hanno ammazzato compare Turiddu” fuera expresado en tono normal hablado entre mamma Lucía, un ayudante de camarero (que se convertira en la continuidad con Pagliacci en el Silvio de la obra de Leoncavallo) y por Santuzza , en vez de la paisana que arremete en escena desesperada anunciado lam uerte de Turiddu.

En la parte musical, sumemos que al afamado intermezzo se le agrega la participación de un excelso bandoneonista (aclaramos que la interpretación de Juan Kujta fue estupenda)y una pareja de bailarines de tango (muy bientambién), esta obra se transforma en un absurdo.

Y si al comienzo, antes de la obertura de Cavalleria, se escucha a Gardel interpretando el tango “Caminito”, este critico concluye que Gardel, en el Colon, cada día canta mejor.

Pagliacci, opera en un prologo y dos actos de R. Leoncavallo

Elenco: José Cura (Canio), Mónica Ferracani (Nedda), Fabián Veloz (Prólogo, Tonio), Sergio Spina (Beppe), Gustavo Ahualli (Silvio).

Producción de la Ópera de Valonia, Lieja.

Dirección musical de Roberto Paternostro.

Dirección de escena, escenografía e iluminación de José Cura.

Vestuario de Fernando Ruiz.

Orquesta, Coro Estable y Coro de Niños del Teatro Colón.

Nuestra Calificacion: BUENA

Por Vilma G. Rosato

En el escenario casi a oscuras, el excelente bandoneonista Juan Kujta hace sonar los tristes compases de un tango bajo un farol del pasaje “Caminito” en La Boca. Se retira y la orquesta retoma su protagonismo con los primeros acordes de la introducción, mientras en el fondo Mamma Lucia, Santuzza y un grupo de deudos acompañan el ataúd de Turiddu. Aparece el Prólogo (Fabián Veloz) y nos adelanta lo que estamos a punto de ver. Y con estas pinceladas previas, podemos decir como él: “Il concetto vi disse…Or ascoltate com’egli è svolto…” (Ya les dije el concepto… ahora escuchen cómo se ha desarrollado..) Sale el sol y en el barrio todo es alegría porque el circo regresa. Llega Canio (José Cura) y su compañía: su esposa Nedda (Mónica Ferracani), Tonio (Fabián Veloz) y Beppe (Sergio Spina ). Mientras tanto Silvio (Gustavo Ahualli), presentado aquí como un camarero, los observa desde la cantina de Mamma Lucia, feliz por volver a ver a Nedda, sin saber que la tragedia los acecha.

Yendo a lo musical, hay que decir que los cantantes solistas tuvieron en general una buena actuación.

José Cura cantó su personaje de un modo estentóreo, con una emisión plana y sin inflexión, aunque pese a ese inconveniente vocal, logró una interpretación correcta de “Vesti la giubba”.colon4

Mónica Ferracani estuvo bien como Nedda, y confirmó lo que ya sabemos: está pasando por un gran momento en su carrera, e incluso nos dejó pensando que tal vez sea demasiada voz para este papel.

Fabián Veloz estuvo firme y seguro en cuerda y dándole los matices justos a la voz, especialmente en el “Prólogo”, que fue muy aplaudido por el público.

Gustavo Ahualli también cumplió bien su papel, expresando el amor y la pasión en el dúo de Silvio y Nedda.

Sergio Spina dio lo que su personaje requiere, con expresividad y delicadeza en la canción de Arlecchino.

En cuanto al coro, tuvo algunos desajustes, al igual que la orquesta. Es de lamentar que en el Coro de las Campanas no se marcó bien el acompañamiento “ostinato” de las cuerdas graves y que está presente desde el primero al último compás.

En cuanto a la regie de José Cura, en este caso respetó bastante el argumento, salvo por el cambio de lugar(desde Calabria a La Boca) y otro detalle del final: quien dice “La commedia e finita” no es Canio, sino Mamma Lucia que sostiene a Silvio muerto en sus brazos (recordemos que él trabajaba como camarero en su local…)Cabe mencionar también que en la escena final, cuando se desarrolla la función, entre el coro, la tarima angosta y los numerosos figurantes, no se vio con claridad la idea del teatro en el teatro.

En suma, deja una impresión algo mejor que la causada por las extravagancias y libertades tomadas con la música y el libreto de Cavallería.

Párrafo aparte merece el sobre titulado: las versiones inglesa y castellana no siempre se corresponden. Además, no se entiende por qué se emplearon modismos porteños y lunfardismos (por ejemplo, “chamuyarse a Nedda”). Es el Teatro Colón, en Buenos Aires: ¿A qué viene ese esfuerzo por darle “color local” a la traducción de una ópera?

En resumen, un “Pagliacci” con poco para destacar, excepto la buena labor de los solistas principales.

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