En el corazón de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, un evento cultural profundamente arraigado en las tradiciones japonesas reúne a miles de personas cada año. Se trata del Bon Odori, un festival que celebra la cultura nipona, honra a los ancestros y ofrece una experiencia única de inmersión en las costumbres de Japón, a tan solo unos kilómetros de distancia.
Desde 1999, este festival se lleva a cabo el primer sábado de luna llena del año, en el pintoresco centro de la Colonia Urquiza, un barrio que, a pesar de su distancia de las grandes urbes, se ha convertido en un referente de la cultura japonesa en Argentina. La Colonia Urquiza es un verdadero pulmón agrícola, conocido por su producción frutihortícola, especialmente flores, que abastecen a hoteles y eventos en todo el AMBA y más allá. Es en este enclave rural donde se da cita el Bon Odori, un encuentro que fusiona la tradición japonesa con el espíritu de la comunidad local.

El Bon Odori, cuyo nombre significa «danza de los ancestros», tiene sus raíces en el Obon, un festival budista que celebra el retorno de los espíritus de los antepasados. Durante esta festividad, las familias japonesas reciben a sus seres queridos que han partido, en un evento cargado de simbolismo y respeto. La danza es el acto central de esta ceremonia, con la participación de la comunidad local que, al ritmo de los tambores taiko, expresa su gratitud hacia los ancestros.
Este evento, organizado a beneficio de la Escuela Japonesa La Plata Nihongo Gakko, no solo es una oportunidad para conocer más sobre las tradiciones de Japón, sino también una ventana al mundo de los sabores y las artesanías niponas. En el predio del festival, se pueden encontrar puestos con objetos típicos de la cultura japonesa y china (con la que comparte varios elementos), desde adornos, yukatas (el tradicional kimono de algodón) hasta utensilios de cocina y belleza. Las opciones gastronómicas son variadas, con platos que incluyen yakitoris (pinchos de pollo), takoyaki (bolitas de pulpo), harumaki (empanaditas) y una amplia gama de dulces y bebidas como sake y cerveza japonesa. Además, se ofrecen opciones más locales, como helados, licuados y granitas, para aquellos que prefieren sabores más conocidos.
El evento se destaca por su diversidad y colorido. Las personas, especialmente los más jóvenes, se visten con yukatas, y muchos se animan a participar en el cosplay, un fenómeno de la cultura otaku que también tiene su espacio en este festival. Los asistentes se convierten en un espectáculo visual, entre la mezcla de trajes tradicionales y modernos, creando un ambiente único.
El programa de actividades incluye desde danzas tradicionales japonesas, hasta shows de sumo, donde los participantes se enfrentan en peleas simuladas. También se realizan karaoke y presentaciones musicales en vivo, todas ellas impregnadas del espíritu japonés. Pero la parte más emocionante para muchos es el momento en que, al caer la tarde, se iluminan los faroles de colores y comienza el baile en torno a la torre (yahura) central. La música de los tambores taiko llena el aire y la invitación a participar es inminente, creando una experiencia compartida entre locales y visitantes.

Este evento es una oportunidad única para experimentar de primera mano una de las celebraciones más emblemáticas de Japón sin necesidad de viajar al otro lado del mundo. A pesar del calor y las dificultades logísticas para llegar, el Bon Odori es una cita ineludible para quienes buscan sumergirse en la riqueza cultural de un pueblo que, aunque distante geográficamente, está profundamente unido a Argentina.
El Bon Odori es mucho más que un festival; es una puerta abierta para conectar con los hermanos nikkei, descendientes de japoneses que han hecho de Argentina su hogar, y que, con generosidad, comparten su milenaria cultura. Este evento es un recordatorio de la importancia de la convivencia de culturas, donde la tradición y la innovación se fusionan para crear una celebración llena de historia, color, música y, sobre todo, una cálida bienvenida para todos los que deseen participar.