WAR HORSE, transmisión desde el NATIONAL THEATRE de LONDRES , ejemplo de trabajo en equipo para lograr la perfección escénica y dramática por Pablo Garcia Morales

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En el Auditorium de la Fundación Beethoven de CABA se proyecto , este canto a la humanidad desde la sala Olivier de Londres…

War Horse es una obra de teatro basada en el libro del mismo nombre por el conocido escritor infantil Michael Morpurgo.
Un potro es vendido a un granjero alcoholico cuyo hijo, Albert, se encarga de cuidar y generar una amistad con el animal. Luego de meses el potro aparece transformado en un caballo esplendido y fuerte, de sangre mitad para paseo y mitad para trabajo y bautizado «Joey».
El padre del chico hace trabajar al caballo hasta la extenuación amenazando a Albert con vender al animal si no es así, por eso Albert le entrena para que trabaje bien y de manera efectiva. Al fin Joey arar el campo…pero la historia no queda alli..
Al estallar la primera guerra mundial, el granjero, que necesita dinero para salvar la precaria situación de la granja, vende el caballo al ejército. Así, Joey, es enviado al campo de batalla en Francia.
Joey y otro caballo llamado Topthorn lideran una terrible carga de caballería hacia las líneas enemigas, que disparan con ametralladoras. Joey es capturado por los alemanes y por un tiempo goza del cariñoso cuidado de Emilie, una joven francesa, y su padre. Pero pronto volverá al frente donde, de nuevo junto a Topthorn, debe cargar con maquinaria de guerra pesada. En ese esfuerzo Topthorn muere.
A partir de entonces, Joey vaga solitario… hasta quedar atrapado entre alambres en tierra de nadie, justo entre trincheras britanica y alemana. Alli es cuando, bandera de la paz mediante, un soldado de cada bando liberan a Joey herido y se lo disputan bajo cara y seca de una moneda.
El lado de la moneda favorece al ingles…y finalmente Joey regresa al campamento britanico y se reencuentra con Albert…
La obra presentada por el National Theatre de Londres, resulta impecable:
Con escenario circular, mas pastilla rotatoria interna, se destaca el manejo de las estructuras anatomicas de los caballos. Con movimientos muy precisos, desde cuerpo y patas hasta la cuellos y cabeza….ojos y orejas…con un manejo perfecto de sonidos, relinchos y resoplidos….los titiriteros son sin duda los responsables de exito y la belleza del espectaculo. La direccion de la obra adrede no quizo esconder o camuflar a estos maravillosos manipuladores…justamente porque se cruzan…pasan por debajo…por delante….de una forma tan natural…como tan natural les dan vida a los animales en escena… Al publico le da igual…tiene los ojos puestos en esas figuras finalmente de mamposteria que cobran vida casi real.
Todo este esfuerzo es perfectamente acompañado con la iluminacion. Desde la tenue luz solar oblicua…amarillenta de los campos de Devon hasta la triste oscuridad con explosiones de luz por separado o juntas y de golpe en los tiempos de guerra.
El trabajo actoral en general es bueno, claro que se destaca Albert. Trasmite los sentimientos de un modo que la platea se enamora del caballo Joey gracias a el. El mensaje del trabajo actoral, de reecuentro, paz y respeto por la vida…hasta de un animal se produce cuando contrincantes en dos idiomas distintos, aleman e ingles con señas….juegan «cara o seca» por quedarse con Joey.
Y es que durante ese conflicto bélico cerca de un millón de caballos fueron enviados a otros países de Europa desde Inglaterra; un hecho desconocido para muchos que se narra a través de los ojos del caballo.

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