OPERA: » DIE SOLDATEN», de Zimmerman , o LO IMPOSIBLE… Teatro Colón

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“Die Soldaten” de Bernd Alois Zimmermann

ESTRENO LATINOAMERICANO
PRODUCCIÓN TEATRO COLÓN

Función del 17 de Julio de 2016

DIRECTOR MUSICAL
Baldur Brönnimann

ASISTENTE DEL DIRECTOR DE ORQUESTA
Henning Kussel

DIRECTOR DE ESCENA

Pablo Maritano

DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA
Enrique Bordolini

DISEÑO DE VESTUARIO
Sofía Di Nunzio

PREPARACIÓN DE LA ORQUESTA
Santiago Santero

TRADUCCIÓN, INSTRUCCIÓN
IDIOMÁTICA Y DRAMATURGIA
Cecilia Bassano

PRINCIPALES INTÉRPRETES

MARIE
Susanne Elmark

CHARLOTTE
Julia Riley

CONDESA DE LA ROCHE
Noemí Nadelmann

DESPORTES
Tom Randle

STOLZIUS
Leigh Melrose

WESENER
Frode Olsen

EL JOVEN CONDE
Santiago Ballerini

EISENHARDT
Gustavo Gibert

MADRE DE STOLZIUS
Eugenia Fuente

VIEJA MADRE DE WESSENER
Virginia Correa Dupuy

CAPITAN PIRZEL
Nazareth Aufe

TRES JÓVENES OFICIALES
Sergio Spina
Santiago Bürgi
Iván Maier

CAPITÁN MARY
Alejandro Meerapfel

CAPITÁN HAUDY
Luciano Garay

CONDE OBRIST
Christian De Marco

Fotos, gentileza de Arnaldo Colombaroli

En 1970 Bernd Alois Zimmermann se suicidaba en Colonia, Alemania.

El sentido trágico, depresivo y nihilista de la Alemania de pos guerra se manifiesta en la ópera Die Soldaten (1964) que presenciamos el domingo a la tarde en el Teatro Colón. Una puesta que se soporta en el espectáculo visual, con una partitura que no agrega musicalmente nada a las rupturas de mediados del siglo xx (pequeños trazos de sonidos grabados y el uso del video).

Sumada a la rispidez rítmica, una temática observada hasta el paroxismo desde el Hollywood vendedor y amarillista no ayuda al disfrute de la obra.

Ser alemán, vivir los horrores de la segunda guerra mundial, vivir con semejante culpa los excesos del poder, no deben dejar dormir bien a nadie. Para los de sangre italiana nos es casi imposible mínimamente dejarnos llevar por la historia. La simultaneidad de los horrores sólo sirve para subrayar el carácter intelectual de la acción. , como mero ejercicio nos aleja de la emoción del arte.

La exactitud de la escenografía (muy reales los pequeños decorados) colabora para entender el argumento; la iluminación explicativa, con rojos para los malos y claros para los menos malos, cansa y mucho.

Las voces femeninas se destacan, llegan hasta todos los rincones, nos envuelven a pesar de las exigencias vocales. Los hombres quedan en lo correcto con algunos pasajes en donde la orquesta los tapa.

Desde la galería del Colón las posiciones estaban separadas, inaudible (“me violaron los oídos”) hasta los “muy lograda la puesta”, pasando por los “hay que educar a la tropa para entender este tipo de obras”- Ello es parte del deleite de nuestro primer coliseo, donde todos se mezclan y como argentinos todos opinamos.

De fondo, allá en el escenario, en el fondo, entre violaciones y homoerotismo explícito, entre violencia y abusos la realidad nos golpea. Que jovencita bella está exenta de la violencia de poder, sea por rico, político, sindicalista, terrateniente, director de ballet, regiseur…. Ah, como se corrompen empujados por la ambición, y, en este caso tan terrible de un padre hacia su hija.

Por eso, pensaba que más que el título Die Soldaten se podría haber llamado Ascenso y caída de la bella virgen. Pero claro, es, un mundo de hombres .

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