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¡Huye del altar! 5 razones por las que NO querrías ser una esposa victoriana

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Clara VON HAAS
Clara VON HAAS
Clara Von Haas – Psicóloga & Musicóloga, especializada en los vínculos entre percepción, emoción y experiencia estética. Divide su residencia entre Alemania y Argentina, donde desarrolla una intensa actividad profesional en ambos países. Como investigadora y divulgadora cultural, escribe de manera asidua para Oper Klass y para ByBattaglia.com, en las secciones de cultura, música y arte. Sus textos se distinguen por un enfoque analítico y sensible, combinando rigor académico con una perspectiva humanista que integra psicología, historia de la música y pensamiento contemporáneo. Ha participado en proyectos interdisciplinarios que abordan la relación entre identidad sonora y memoria afectiva, y colabora regularmente con instituciones culturales en conferencias, artículos y programas educativos. Su trabajo se caracteriza por una mirada profunda, crítica y accesible, siempre orientada a acercar la música y las artes al público con claridad, erudición y sensibilidad.

¿Imaginas una vida donde el amor no existe, el sexo es un deber y tu única función es servir? ¡Bienvenida a la época victoriana! Un período donde las mujeres eran aves enjauladas, sin voz ni derechos. Si estás pensando en un viaje al pasado, te lo advertimos: ¡huye del altar!

1. Olvídate del amor verdadero: Tu matrimonio será un negocio. En la época victoriana, las bodas no se basaban en el amor, sino en la conveniencia. Las mujeres eran propiedad de sus padres y luego pasaban a ser propiedad de sus maridos. Tu «príncipe azul» sería elegido por tu familia, sin importar tus deseos.

2. Bailes: La «feria de solteras» donde te vendían al mejor postor. Las jóvenes eran exhibidas en bailes como si fueran ganado, esperando ser «compradas» por el mejor postor. Nada de amor fugaz, solo contratos matrimoniales y futuros planeados sin tu consentimiento.

3. La «guardiana del hogar»: Tu única función en la vida. Adiós a tus sueños y ambiciones. Tu única función como esposa victoriana era ser la perfecta «guardiana del hogar». Esperar a tu marido con la cena caliente, limpiar, criar a los hijos y, por supuesto, obedecer sin rechistar.

4. El sexo: Un deber desagradable bajo las sábanas. Olvídate de la pasión y el romance. La intimidad en la época victoriana se limitaba al «deber conyugal», un acto mecánico y desagradable realizado en la oscuridad. Tu placer no importaba, solo la procreación.

5. Embarazo: Un tema tabú y una experiencia aterradora. Las mujeres victorianas vivían con el constante temor al embarazo. La anticoncepción era prácticamente inexistente y las revistas médicas ni siquiera mencionaban el tema. Parir era un riesgo mortal y muchas mujeres no sobrevivían al parto.

¡Ser una esposa victoriana no era un cuento de hadas! Era una vida llena de restricciones, opresión y falta de libertad. Si buscas amor, realización personal y una vida digna, ¡mejor busca en otra época!

Bonus:

  • Soltera: La peor de las suertes. Las mujeres solteras en la época victoriana eran consideradas como seres incompletos e inferiores. No tenían derechos, no podían trabajar y eran relegadas a un segundo plano en la sociedad.

¿Te atreves a vivir como una esposa victoriana? Piénsalo dos veces antes de dar el «sí, quiero».

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