El “Mighty Wurlitzer”-tracción-a-sangre de Carmen… El Gran Desfile, film de King Vidor, musicalizado «en vivo» por Carmen Baliero

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En el Museo de Instrumentos Musicales de Berlín se destaca la imponente presencia del “Mighty Wurlitzer”, un gigantesco órgano capaz de producir múltiples efectos sonoros para acompañar las películas “mudas”. Desde luego, se hacen demostraciones a cargo de especialistas que conocen y manejan dicho instrumento tan enorme y curioso, del que sólo quedan muy escasos ejemplares en el mundo.

Pues bien, en el CETC Carmen Baliero demuestra que acaso no es necesario un aparato tan descomunal; la intérprete denomina su producción musical, que se extiende sin pausa durante más de dos horas, “tracción a sangre” …

Pero recorramos algo de su muy extensa trayectoria… Compositora y docente (1962 ) que utiliza recursos de la música “académica” contemporánea al mismo tiempo que del “crossover”, con especial acento en música para teatro y el trabajo sobre la voz; ha trabajado junto a grandes directores de escena y obtenido numerosos premios. Asimismo, ha participado en diversos ciclos de música contemporánea, en lugares tan disímiles como el Centro Cultural Recoleta o el Parakultural, y grabado numerosos discos. En la plataforma YouTube es posible encontrar muchos de sus trabajos y entrevistas. Hemos tenido la oportunidad de documentar su sorprendente y original participación en el último concierto del EMC-Damus, también en el CETC, con su obra “Es curioso, 2024” – en la que participara como narradora – donde desarrolló un particular sentido de la historia y de la ironía, diseñando “imitaciones” instrumentales en sintonía con la exposición del relato.

Antes de comenzar el espectáculo que comentamos aquí, se dirige al público para explicar que el film de King Vidor – de 1925 – ha sido la primera película antibélica, en la que además del enorme presupuesto en juego participaran genuinos combatientes de la guerra, a los que los actores se añaden en el montaje. El director también ha incluido escenas de guerra tomadas de filmaciones auténticas de las batallas.

Tuvo música original (de William Axt) que menciona no haber escuchado, por lo que ha desarrollado con entera libertad su propia creación. Acto seguido se ubica junto al piano, con una pequeña mesita en la que aparecen diversos objetos, un violín, una “citarina”, silbatos, un monocordio, tubo de cartón, timbre llamador. La pantalla se ilumina y comienza la fenomenal maratón (hay diferentes versiones del film, la original es de 2 horas y media, pero se ha recurrido en esta oportunidad, como anticipamos antes, a la de 2 horas).

Con una energía notable, despliega el uso de todos los elementos, asociando diferentes climas siempre en conexión con el suceder fílmico: así, el timbre es utilizado para imitar la sirena que marca el fin del trabajo en la fábrica, el silbato para el silbido del protagonista, o la cítara destemplada para la famosa escena del “chicle” (“chewing gum”) compartido por los amantes. El piano a su vez transita del toque convencional, adecuado para las escenas lírico-románticas, el “ostinato” rítmico para los trabajos forzados de los soldados, o las cuerdas, accionadas con las manos o con accesorios, para climas espectrales y nocturnos. O con elementos insertados (“piano preparado”) entre las cuerdas para efectos en los que la ironía es destacada. Una auténtica “mujer-orquesta”, que hace recordar en lo inmediato a la “machine-femme” mencionada en la ópera de Gandini, “La Ciudad Ausente”.

Un caluroso y sostenido aplauso agradece a la notable intérprete su hondo y fascinante desempeño.

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el-mighty-wurlitzer-traccion-a-sangre-de-carmen-el-gran-desfile-film-de-king-vidor-musicalizado-en-vivo-por-carmen-balieroCon una energía notable, despliega el uso de todos los elementos, asociando diferentes climas siempre en conexión con el suceder fílmico: así, el timbre es utilizado para imitar la sirena que marca el fin del trabajo en la fábrica, el silbato para el silbido del protagonista, o la cítara destemplada para la famosa escena del “chicle” (“chewing gum”) compartido por los amantes. El piano a su vez transita del toque convencional, adecuado para las escenas lírico-románticas, el “ostinato” rítmico para los trabajos forzados de los soldados, o las cuerdas, accionadas con las manos o con accesorios, para climas espectrales y nocturnos. O con elementos insertados (“piano preparado”) entre las cuerdas para efectos en los que la ironía es destacada. Una auténtica “mujer-orquesta”, que hace recordar en lo inmediato a la “machine-femme” mencionada en la ópera de Gandini, “La Ciudad Ausente”. Un caluroso y sostenido aplauso agradece a la notable intérprete su hondo y fascinante desempeño.

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