«Siento que María como artista, cantante y músico es única para nuestra época. María era especial: su corazón, su manera de pensar, su mente, su musicalidad, la habilidad dramática de sus papeles… Nunca la vi en escenario, a excepción de un concierto en el Carnegie Hall en 1974año. María siempre decía: «¡Es lo mejor! Si me vieras, intentarías imitarme, como todos» .
Ella me dio grandes consejos en términos de repertorio. Por ejemplo, cuando me invitaron a cantar Lady Macbeth en La Scala, María dijo: «¡Ni lo intentes!». Por supuesto que tenía razón. Cuando alguien sugirió «Nabucco» al Met, ella volvió a decir: «¡Olvídalo!».
La parte de Norma es increíble, pero nunca pude cantarla. Pero en 1969, María dijo: «No, puedes, tienes que intentarlo. Este papel es absolutamente adecuado para ti, está hecho para tu voz». Le dije: «María, pero he escuchado tu disco y es increíble». Ella respondió: «Olvídalo. Toma el clave y no la escuches más, ¡solo aprende las notas!». Ella me abrió el camino para este papel. Gracias a ella pude cantarla bien y tener tanto éxito internacional. Seguí su consejo al pie de la letra. Ella siempre decía: «Il canto del cigno. Tu lo puoi fare». Puedes cantar en ese tono de cisne que Bellini quería escuchar aquí. Debes hacerlo. Intenta moverte en el papel y llenarlo de detalles dramáticos. Intenta cantar. esta hermosa melodía con los «ojos cerrados.» creo que ella tenía razón.
Era una mujer encantadora. No como la gente la retrata a veces. Ella siempre decía: «Verás, cuando muera, se publicarán muchos libros sobre mí y se enriqueceran a costa a costa de mis memorias».