Concierto: Orquesta estable del teatro Colón
Director: Julian Kuerti
Mezzosoprano: Isabel Leonard
Sala principal del teatro Colón – Sábado 10 de setiembre
Parte l
Hector Berlioz
Noche de verano Op 7
L Villanelle
l lEl espectro de la rosa
ll Sobre las aguas
lV Ausencia
V En el cementerio
Vl La isla desconocida
Parte ll
Maurice Ravel
Rapsodia española
l Preludio de la noche
ll Malagueña
lll Habanera
lV Feria
Sheherezade
l Asia
ll La flauta mágica
lll El indiferente
La selección de obras de dos autores connacionales pero que estilísticamente no se parecen en nada fue un acierto. A pesar de ello (o tal vez, por ello) la combinación fue de lo más entretenida, como si de alguna manera se complementaran en la totalidad del arco sonoro musical.
La orquesta sonó muy bien bajo la batuta de Julian Kuerti que fue indiscutible protagonista musical y técnico. Llevó de manera apasionada todas las marcaciones, navegó las complejidades de la partitura con rigurosidad. A acompañó a una deliciosa Isabel Leonard, primero con acertada candidez y luego dejándose llevar por las emociones de los diferentes textos, aprovechando todas las sonoridades y colores instrumentales.
Isabel Leonard comenzó tímida en la Villanelle y se fue afianzando a medida que fueron pasando las canciones del primer ciclo. En “El espectro de la rosa” se la escuchó ya afiatada, metida de lleno en la interpretación. Posee un timbre aterciopelado y un color de mezzosoprano ligero y juvenil con buenos agudos.
Escuchar estas obras me recordó las veces que se interpretan en el profesorado, siendo obras comunes de repertorio, pero con la gran diferencia que esta vez, están acompañadas de la orquesta, un cambio rotundo que ayuda a valorarlas más todavía.
Berlioz es un compositor romántico de pura cepa, buscó siempre su propio lenguaje musical, su firma personal y lo encontró en un sonido indiscutiblemente francés, como si su terruño de origen haya terminado siendo su sello final.
Ravel esta embriagado de exotismo y orientalismo, características propias de su época. Parece decir: no te encariñes con esta melodía, con esta frase porque no van a aparecer más, ahora algo nuevo todo el tiempo, ¡prepárate!
La noche terminó con el requete requerido encore de todas las mezzos del planeta lírico: la Habanera de Bizet, que notoriamente no desentonó en esta noche a pura música francesa en Buenos Aires.
Mención aparte: con beneplácito advertimos la importante presencia en el público de las bandejas superiores de jóvenes en sus veintes y treintas, que eligieron el concierto como opción del sábado prime time. Sea tal vez por las especiales ofertas lanzadas por el Colón y/o atraídos por un espectáculo de calidad internacional accesible por precio y agenda, es un reflejo de la vitalidad cultural de Buenos Aires y de la Argentina.