Carousel se basa en la obra Liliam, del autor húngaro Ferenc Molnair , al mencionado Puccini le había pedido los derechos de la obra para convertirla en ópera, cuestión que rechazó, lo mismo le ocurrió a Kurt Weill, pero una vez que vio Oklahoma , rápidamente permitió que Rodgers y Hammerstein’s hicieran un musical sobre su obra. El resultado fue el Carousel de 1945. Este es el trabajo más “operístico” de Rodgers con un exuberante puntaje que contiene varios valses, melodías de conjunto atractivas y uno de los himnos más emocionantes jamás escritos para el escenario. Carousel una historia sobre un trabajador estoico y un abusivo esposo. Rogers & Hammerstein’s trasladó la historia a un pueblo de pescadores de Nueva Inglaterra y la presentó con muchas de sus mejores canciones. Llama la atención nuevamente la profundidad de la música de Richard Rogers. «The Carousel Waltz» es una obertura visualmente impresionante que establece el estado de ánimo y la euforia de ese pueblo de pescadores. Esta obra es de ritmo rápido con una línea sin fisuras entre el diálogo y el canto, ya que juega como una opereta. Con toques de show de conjunto sobresalientes como «June Is Bustin ‘Out All Over», «Blow High, Blow Low». Vemos y escuchamos un buen conjunto de canciones y coros que son impactantes dentro del clasicismo. Además del poderoso «Carousel Waltz», Richard Rodgers presenta otro dulce vals, «A Real Nice Clambake», que prueba que Strauss no fue el único compositor en crear ricos valses. Asimismo, las coreografías que en su momento fueran creadas por Agnes De Mille, sorprenden en brillantesz y creatividad para una obra que no es fácil encasillar en estilo “ópera, opereta …musical”
Sus dos parejas protagónicas por un lado Billy, un hombre imperfecto pero humano y Julie como la esposa tolerante que defiende a su hombre a pesar de su vena abusiva. Contraste con Enoch y Carrie Snow como la ambiciosa pareja que trabaja por lograr su “sueño americano”
Cuando Billy se da cuenta de que Julie está embarazada reflexiona sobre si es niño en la conmovedora canción «Soliloquy», llena de fuerza y emoción acorde con un futuro padre asustado. Luego vendrá un intento de robo malogrado que por dicho lo lleva a su propia muerte, la amiga de Julie, Nettie (siempre la star invitada), se eleva al cielo cantando “You’ll never walk alone” (Nunca caminarás solo), prácticamente un himno de la historia del musical americano.
Luego de saber sobre la obra y su argumento, les comento que paso en mi luego que en una misma semana vi dos versiones de la misma partitura totalmente diferente, pero con dos figuras históricas de la lírica mundial
La primera versión vista fue en la Volksoper de Viena en donde su centro es la opereta y poco de opera como de ballet. Ellos plantean Carousel como opereta, cuestión que exactamente pasa en Hungría y en Rusia, donde en sus Teatros de Operetas dan títulos que acá les decimos musicales y para ellos no. Pues en Viena la figura estelar era Fredericka von Stade, la cual a sus 71 años realizo un “capo lavoro” cantando y bailando con sus compañeros de escena. Su interpretación convincente como siempre nos tuvo acostumbrado, demostró que un buen cantante lirico puede asumir un rol de este tipo sin transformarlo en menor. Sus partenaires eran todos ce la Volksoper, por tanto, interpretes líricos, y, el cuerpo de baile fue el de la Staatsoper de Viena con su orquesta estable de más de 35 músicos, lo cual da pauta de la diferencia con respecto a Broadway, cuestión que no va en detrimento.
En Broadway la estrella absoluta es la célebre Renee Fleming, quien con su belleza y refinamiento desarrolla una Nettie correcta que da para una producción bien de musical americano. Es decir, la orquesta no se veía, solamente al director, no tuvo los brillantes de la versión de Viena, asimismo se observaron muchos cortes sobre todo en la obertura y en el preludio del II acto. Muy bien la tecnología al servicio del musical, la demás solista correctos en su performance, pero vale decir lo impactante de esta versión son sus ballets en nuevas coreografías y la presencia de Fleming.
En resumen, dos versiones totalmente diferentes sobre una misma partitura, que brillaron por sus estrellas históricas de la lírica como por su música.