Teatro: «LAS AMARGAS LAGRIMAS DE PETRA VON KANT» de R. Fassbinder, o como «Aprender debería ser más sencillo y no doler tanto» … Teatro San Martín

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LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE PETRA VON KANT

Autor: Rainer Werner Fassbinder
Traducción: Nicolás Costa

Dirección Leonor Manso

Elenco

Muriel Santa Ana, Belén Blanco, Marita Ballesteros, Dolores Ocampo, Miriam Odorico y Victoria Gil Gaertner

Coordinación de producción Macarena Mauriño
Asistencia de dirección Cecilia Acosta, Fernanda Machado
Producción técnica Emilia Martínez Dómina
Asistencia de iluminación Verónica Alcoba
Asistencia de vestuario Laura Copertino, Mariana Seropian
Asistencia de escenografía Mariela Solari

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Diseño corporal y de movimiento Roxana Grinstein
Musicalización y diseño sonoro Carmen Baliero
Iluminación Eli Sirlin
Vestuario Renata Schussheim
Escenografía Graciela Galán

Teatro San Martin- Sala Cunil Cabanillas

Nada es falso. O nada lo parece. Las lágrimas, los gritos, la tensión, la carne y la piel, la cara manchada de goterones negros de máscara de pestañas, el humo de unos cuantos cigarros, los pezones, la hiel. Todo está inyectado de una realidad descarnada que se hunde con más fuerza en quien haya reptado alguna vez por el suelo de la ruptura. Como metáfora y como literalidad también lo hace Muriel Santa Ana, la Petra, le dice a su hija «monstruo», «puta» a su madre, desprecia a su amiga, Sidonie, maltrata a la silenciosa pero transparente Marlene (su factótum o Petra). Amar y odiar con el mismo desgarro a Karin “su otro yo o su amor”

La aclamada actriz y directora Leonor Manso, realiza una de sus mejores trabajos en la direción en una obra tan arida e intrigante como es la obra de Fassbinder y que ella supo conformar de lineamiento claro y sencillo lo cual sumado a tener un grupo escénico notable en donde Graciela Galán crea una marco escénico que ni bien uno entra al Cunil Cabanellas no saben en donde esta sino que al sentarse se da cuenta que esta frente a una gran “vidriera” en donde se mezclan las acciones entre maniquíes despojados o bien figuras geométricas sumada a una iluminación ideal realizada por Eli Sirlin ,con la ambientación musical conformada por Carmen Baliero brinda el drama de Fassbinder de manera realista, lo cual será su broche el trabajado y voluptuoso vestuario creado por Renata Schussheim en los tonos del colorado.

«Esta Petra está ambientada en el algún sitio del mundo de los años 50/60; ella es medio latina medio alemana, un contraste entre la (aparente) frialdad alemana y la más racial (también aparente) latina. Han pasado más de cuatro décadas (1972) desde que Fassbinder pusiera sobre papel la vida de Petra von Kant, una modista reconocida que, tras romper con su marido se enamora de una joven, también separada, a la que promete el éxito. Después de un tiempo, tan tóxico como pasional, la joven la abandona por el hombre con el que había estado casada. El desconsuelo será el eje sobre el que gire la segunda mitad de la pieza, asolador.

¿Qué diferencia hay si la agonía ha sido provocada por una mujer o por un hombre? Somos todos parte de Petra, no importa, la emoción está ahí, y conecta muy bien con la locura de las relaciones tormentosas. Nada ha sido ni es fácil. La carga emocional es alta y constante. Exactamente así se sale de ver Petra… con la sensación de que palpita el hueco de un pedazo que alguna vez se quedó en otra parte. Sus seis protagonistas están sublimes en cada gesto su expresividad induce al espectador en ese juego perverso del voyeur que mira que pasa en ese sitio, en esa cama, entre estas mujeres.

Un nivel actoral meritorio en donde su protagonista Muriel Santa Ana, carga con la depresión donde uno se refleja en más de algún momento; Belén Blanco, la “insensible enamorada” de Petra es como una brasa que esta ardiendo y puede quemar en su acción, uno no sabe que pasa , pero siente la tensión en su decir como en su su acción. Marita Ballesteros, la madre abandónica que le interesa el dinero de su hija nada más, y menos preguntarle que siente… Dolores Ocampo, la amiga Sidonie de Petra, clásico personaje con la característica de la frustración. Victoria Gil Gaertner , será por un corto tiempo su hija, de manera de angel exterminador, esperando que hacer con su madre y su abuela.

Marlene, su creadora o la “otra Petra”, esta deliciosamente como perversamente actuada por Miriam Odorico, sus caras, sus gestos y expresividad, en un personaje que no habla da el resumen del que todo lo ve y escucha.

Uno podría resumir esta antológica versión, que es imperdible no ver en “Aprender debería ser más sencillo y no doler tanto» pero hay quien decide vivir como ella, al todo o nada, aunque de vez en cuando solo queden los despojos de uno mismo. Aunque no se gane.

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