T4 – (TAE) DEL TEATRO ARGENTINO

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T4

TAE: Escuela de artes y oficios del Teatro Argentino de La Plata

Idea: Claudia Billourou
Dirección General: Claudia Billourou, Alfredo Calvello, Gonzalo Monzón y Constanza Gómez
Dirección de escena: Claudia Billourou
Espacio, Iluminación y proyecciones: Gonzalo Monzón con Verónica Gómez Torresani, Florencia Alonso, Nadia Aguirre Martí, Anabella Muñoz Candia y Sebastian Scianca + cursos TAE de espacio escénico e iluminación.
Vestuario: Constanza Gómez con Magalí Amado + curso TAE de sastrería
Diseño sonoro: Alfredo Calvelo
Coreografía: Gabriel Lugo Parodi
Documentación fotográfica, tráiler y filmaciones: Luciana Demichelis con curso TAE de fotografía y visuales
Colaboración artística: Denise Diacinti
Asistencia de dirección: Maite Marcó
Realización: Cursos TAE
Vestuario: Constanza Gómez con Magalí Amado + curso TAE de sastrería
Diseño sonoro: Alfredo Calvelo
Clarinetista: Juan Aceto

Actúan: Emiliano Adrián Rodríguez González, Mono Aceto, Nadia Aguirre Martí, Nahuel Ortiz, Luciana Demichelis, Victoria Hernandez, Mariana Moreno, Florencia Zubieta, Pupé Martínez, Samanta Assenti, Romeo Flamini, Leandro Torres, Gabriel Lugo Parodi, Julissa Erretegui, Ernesto Kiare, Maite Marcó y Paula Pita Fortín

La escuela de artes y oficios del teatro Argentino de La Plata presento T4. Una producción propia que cuenta ya con un elenco cuasi estable en todas las obras y agrupa un ramillete heterogéneo de artistas que se desplegaron a lo largo de unos 50 minutos en un marco mezcla de escenario de descarte de la serie Black Mirror y recortes de noticias de tv.

La imaginación de Claudia Villorou (autora de la obra) se torno palpable: una sala de espera a la locura, un mundo imaginario que contó con un variado grupo de personajes. Las actuaciones fueron muy parejas y se notó un intenso trabajo actoral, de juego dramático y vocal (había escenas sin amplificación donde la voz de los actores competía con sonidos amplificados).

Las partes técnicas funcionaron aparentemente bien, en este tipo de obras uno no sabe si sale así a propósito o alguien se equivocó…

El texto corrió en forma de monólogos y pequeños diálogos (no voy a decir hilvanados…suena demasiado femenino hoy en día) diré mejor: unidos por un centro centrífugo, donde las escenas daban vueltas en la sala y pasaban por indicaciones técnicas y hasta consignas políticas. Desde peleas amorosas hasta charlas de amigas. Todo en un continuo que junto con la participación del público terminó de forma ágil . No descanso ni un segundo desde la espera previa a la obra hasta el número final.

Una texto con acento en la crítica social donde no hay escondite para nadie. No hay cliché o frase que se salve de la mirada acida de la autora que recorre la sala como macho alfa, dando indicaciones técnicas y poniendo incómodos a los actores…

T4 busca justamente una reacción, física y mental. Porque al final de cuentas espacios como estos que aún funcionan casi a pulmón en instituciones públicas son la resistencia palpable, más allá de la imaginación de la autora, real en tiempo y forma. Espacios para molestar y ver en espejo la cruel realidad. La vacuidad cotidiana.

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