MUSICAL(cobertura internacional) «JOSÉ EL SOÑADOR de lloyd Webber and Rice, CUANDO LOS SUEÑOS SE PUEDEN HACER REALIDAD: LOVE and PEACE

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ózsef és a színes (José el soñador)

Música de Andrew Lloyd Webber y letra de Tim Rice

Teatro Madach Szinhaz (Budapest)

Función del 20 de marzo del 2018

Una hermosa historia, en este caso, bíblica, un estupendo coro de voces lindísimas, la exuberante música de Andrew Lloyd Webber y la letra de su colaborador Tim Rice, una cautivadora escenografía llena de sorpresas y color, una ingeniosa coreografía, un maravilloso vestuario, un apasionado elenco profesional y una esplendorosa puesta en escena… ésta es la receta para la perfecta obra musical… y la producción de JOSÉ EL SOÑADOR, actualmente en cartelera en Teatro Madach Szinhaz de la ciudad de Budapest, tiene todos estos ingredientes y aún más. No están soñando, queridos amigos, JOSÉ EL SOÑADOR es un sueño hecho realidad.

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Sentado en una butaca del opulento teatro que ha hospedado las obras maestras del mundo del espectáculo en Budapest, este conocedor siente cierto anhelo e inquietud antes que se levante el telón porque JOSÉ …cuando sube el telón se ve aparecer a un joven vestido de blanco de pelicorto rubio, galán y señoril, la inquietud y el anhelo desaparecen al reconocer que la obra será memorable, divertida y fresca. El numeroso público ve la historia de José, el hijo preferido de Jacobo, el único de los doce hermanos varones que merece la maravillosa túnica multicolor que lo distingue de los demás, y tendrán una experiencia que nunca olvidarán. Seamos sinceros, estimado público, JOSÉ EL SOÑADOR, que se ha presentado con muchísimo éxito en Londres, Nueva York, Madrid y que ahora se da en Budapest para repetir su éxito, tira en el blanco, un blanco que llena con su calor y sus colores.

La obertura vivaz es un popurrí conmovedor de las muchas canciones de la obra; su música cadenciosa es una representación en tonos armoniosos de la paleta de colores…violeta, azul, turquesa, verde, anaranjado y rojo… de la túnica que pronto llevará José. Estos acordes acogen cálida como dulcemente al coro de niños y a la narradora; esta última, de gran sonrisa placentera, comienza a relatarles la historia bíblica a los niños como a los espectadores. Mientras ella recita, la acción se despliega ante los ojos de los espectadores en un arco iris de colores que es sólo uno de los muchos encantos de la presente producción. Es aquí donde aparece el joven Péter Puskás, quien interpreta a José los jueves, para cantar la bella balada que en español se llama “Algo en que soñar” en la cual él nos invita a volver al principio de su propia historia. Él, la narradora y los espectadores están ya preparados para hacer un viaje inolvidable hacia el pasado histórico a través de una producción moderna cuya producción no tiene nada que envidiar a las mejores producciones de Broadway.

La escenografía de alardea un mundo de fantasía inspirado en los 60/70 y la época del pop (recordemos que la obra se estrena en el Festival de Edimburgo como oratorio musical en 1968 y que luego pasa rápidamente a Londres al West End) por una parte como las mil y una noches con títeres que representan camellos, una esfinge que guiña los ojos y una serie de pirámides que nunca habrían aparecido en Egipto. Por pacífico que sea el paisaje, los eventos en la tierra de Canaan, tierra del Soñador, no lo son… mientras todos presencian la envidia de parte de los hermanos de José, que nace en el momento en el cual Jacobo le presenta a José la impresionante túnica. Por los esfuerzos del diseñador de iluminación, el escenario se baña en los colores del arco iris, reflejando de esta manera los colores abigarrados de la vestimenta de José al público.

El primer sueño de José, el de las mazorcas de maíz de los hermanos que se inclinan hacia la de José, se interpreta inventivamente en los mismos colores multicolores; el segundo sueño de José se interpreta de la misma manera ingeniosa, pero esta vez son el sol, la luna y las once estrellas que rinden homenaje a José. El maravillosamente inventivo vestuario es funcional y frívolo al mismo tiempo con un dejo del estilo Courreges. En Pobre, pobre José, un lamento musical de parte de la narradora, acompañada por los hermanos y José, se describe la llegada de los ismaelitas a lomo de camello, es aquí donde los hermanos deciden no matar a José por la envidia que le tienen, sino vendérselo como esclavo a estos mercaderes errantes. Los que leen la Biblia ya saben que degüellan un cabrito, bañan la túnica en su sangre y se la llevan al padre como prueba de la muerte de José. Así se hace en la versión teatral. Tristemente le recuerdan al progenitor Jacobo lo que ocurrió en una balada estilo tejano-mexicano. Al salir Jacobo de la vista de sus hijos, se apresura la música, se pone más y más marcado el ritmo comenzando la Celebración, un tipo de contradanza vaquera bailada por los hermanos y sus esposas. La coreografía original de Richard Stafford combina lo mejor del auténtico zapateado con los pasos inspirados en las obras de Broadway de hoy en día.

Así, con los mercaderes, José emprende su viaje a Egipto, tierra de pirámides, donde la astucia de José lo ayuda a recibir el título de mayordomo en el hogar de Putifar, un millonario y oficial del Faraón. Este episodio se narra en la canción Putifar, una parodia burlesca que muestra la asiduidad de José, las tentativas de la Señora Putifar para seducir al joven como los celos y la venganza de Putifar, quien encarcela injustamente al joven. En la cárcel, el desesperado José cantara la canción que en español se llama “Cierren las puertas” con los miembros del coro; esta canción, tal vez la más bella de la partitura, muestra la verdadera capacidad como fuerza vocal del joven Puskás Para darle a José una pequeña esperanza, el coro al estilo de un canto salmodio le dice “vamos José “ y la narradora le canta diciéndole saldrás de aquí. Con estas palabras esperanzadoras y su música movida, cae el telón del primer acto.

El segundo acto nos ofrece una pirámide altísima de donde bajará el Faraón interpretado por László Gaspar , acompañado por un coro de “bobby-soxers.” Al ver al Faraón, el público se entusiasma locamente porque, vestido de blanco y con esos zapatos de gamuza azul, el Faraón es la reencarnación no de un faraón egipcio sino del Rey del rock ‘n roll… Elvis… ¿o es que Elvis es la reencarnación del Faraón? Lo que es cierto es que La canción del Rey, entonada frenéticamente por el Faraón, es muy aplaudida… y merecidamente… por el público; además, este faraón es un roquero de verdad. José acepta interpretar los sueños del Faraón, que, en las palabras del Rey, parece decir “No seas cruel.” El profeta predice siete años de prosperidad seguidos por siete de hambruna; le aconseja al Faraón que, si nombra a un hombre previsor, podrán evitar la escasez y sobrevivir… pero ¿quién será ese hombre?… le pregunta José al Faraón. Claro que un casco de oro y un traje imperial son entregados a José en obsequio de su nuevo empleo de consejero real.

Entonces, prospera Egipto durante los días de carestía, pero los pobres hermanos están sufriendo miserias. Aquellos días de Canaan es su lamento vocalizado en la cual cantan y recuerdan los antiguos días de abundancia cuando vivía su hermano José. Solo les faltan sus boinas francesas para que la melodía, el ambiente y el acento nos lleven a París. Acentúan sus sílabas y prolongan sus palabras mientras uno de los hermanos baila un tango, estilo apache, de los barrios bajos parisienses con una bailarina acrobática quien hace una serie de firuletes. Los hermanos entonces van a Egipto donde son reconocidos por José, restituidos a su antigua clase al fin son perdonados. Es aquí en donde Jose con su capa multicolor gira en el centro del escenario y entre la luz emerge sobre el público toda una tela con los mismos colores de su capa quedando los espectadores con ese sueño de «Tu puedes se José y los sueños se pueden hacer realidad» en donde se celebra en una exuberante Mega Mix que es cantada y bailada por toda la compañía el gran final seguida por el público al son de las palmas, como un gran final de LOVE and PEACE de los 70.

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