Las notas de María Galvany, de las cuales, afortunadamente, muchas han sobrevivido, causan la misma controversia que hace cien años. Los contemporáneos de la cantante la criticaron por cambiar las arias por su cuenta, complicarlas con cadencias, tempos rápidos y staccato en el afán de demostrar sus destacadas habilidades musicales. Esto, sin embargo, también fue culpa de otras divas de la ópera, pero los reproches fueron dirigidos furiosamente a María, ya que en su interpretación muchas obras se volvieron completamente irreconocibles.
Hoy en día, varios amantes de la ópera, familiarizados con el nombre de esta cantante española, afirman que era una intérprete fenomenal con una técnica de canto virtuosa. Otros amantes de la ópera comparan su voz con el sonido de un alambre de metal, notando que el mi bemol de Galvany es como una tetera que silba y el staccato es como el fuego de una ametralladora.
También existe la opinión de que sus grabaciones son una falsificación hábilmente ejecutada, porque ninguna criatura viviente es capaz de «cantar» notas altas a tal velocidad. Si es así o no, depende de uno, pero no hay duda de que Maria Galvany fue una mujer y una artista increíble.