Bradley Cooper dirige y protagoniza «Maestro», una película que intenta capturar las complejidades de la vida de Leonard Bernstein, pero que termina afinando su enfoque en un solo acorde: sus relaciones personales. Desde el inicio, la cinta se sumerge en una cita intrigante, prometiendo una exploración profunda pero, ¿logra alcanzar la grandiosidad de su tema?
La película se centra en la relación entre Bernstein y la actriz Felicia Montealegre, dejando a un lado su vasto legado musical. Aunque intenta explorar los altibajos de este romance, la historia se siente más como un melodrama romántico que como un retrato íntegro del genio musical. Cooper relega la música de Bernstein a un segundo plano, ofreciendo solo destellos superficiales de su trabajo artístico, privando así a la audiencia de la verdadera magnitud del legado de este maestro de la música.
A pesar de algunos destellos estilísticos iniciales y transiciones imaginativas, la película se aferra a una solemnidad que, aunque intenta ser profunda, se desvanece en diálogos que verbalizan en exceso las psicologías de los personajes. Los intentos visuales de Cooper a veces resultan embarazosos, llegando a utilizar a Snoopy como metáfora en momentos de alta tensión emocional.
A pesar de las interpretaciones convincentes, especialmente de Carey Mulligan como Felicia, la película no logra sumergirse verdaderamente en la complejidad de Bernstein. Aunque Cooper captura los matices físicos y vocales del compositor, rara vez logra trascender la mera imitación.
«Maestro» podría engañar a los seguidores de Bernstein al descuidar gran parte de su legado artístico, llevando a cuestionar la necesidad de biopics sobre cada gran figura histórica. En última instancia, esta película deja a los no iniciados sin una comprensión completa de la verdadera grandeza de Bernstein, convirtiéndose en una sinfonía desafinada que no alcanza las notas más altas de su potencial.