Hauskonzert de «ENCUENTROS- Vocal Ensemble» en la Residencia de los Embajadores de la República Argentina en Budapest

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En la tarde de hoy, se llevo a cabo un Hauskonzert en la Residencia de los Embajadores de Argentina en Budapest.

La Residencia, es un edificio histórico que data de la década de 1880, pedido por la familia noble de Koháry y los sajones de Sajonia-Coburgo-Gotha, se construyó bajo las órdenes del arquitecto Adolf Feszty. Entre los años de 1946 a 1948 se transformo en Palacio Presidencial ya que habito en el mismo el Primer Ministro y luego Presidente Zolta Tildy . La historia luego se quebrará en propietarios diferentes hasta que el año pasado la Cancillería Argentina decide su alquiler para convertirla en Residencia Oficial de los Embajadores Argentinos en Budapest. Esta pequeña introducción e necesaria puesto que el ámbito en donde se desarrollo el presente concierto presenta estilo y refinamiento de las antiguas mansiones de siglos pasados, en donde los laureles pintado en el dorado a la hoja y la marquetería como sus molduras trabajadas dan con sus amplios salones y sus arañas de caireles una sonoridad a la acústica muy particular , a todo aquel que asista a ese ámbito a una acontecimiento musical se retrotrae e épocas doradas y como argentino siento la magia del pasado reafirmando la presencia de nuestra Patria en su imagen ante un país como en este caso es Hungría.

La velada estuvo conformada por el Encuentros Vocal Ensamble” bajo la dirección de la argentina la Maestra y fundadora del mismo Silvia Leidmann junto a los pianistas Thiago Bertoldi (Brasil) y Miklós Király (Hungría). Su propuesta es hacer la conjunción de Argentina con Hungría entre las voces de la mencionada nacionalidad y realizar un repertorio integrado por piezas del folklore sudamericano como asimismo interpretar la música barroca de la Orden de los Jesuitas. Se darán cuenta que fue una noche de hallazgos como de emociones, los cantantes húngaros escucharlos cantar por ejemplo “Viento Norte” de Carlos Guastavino como “Chacarera de un triste” de los Hnos. Ávalos, marca un principio muy entrañable cuando uno se halla de la Patria a tantos kms de distancia. Sus voces resaltaban ritmos muy alejados de los suyos, pero hábilmente trabajados por su directora parecían compatriotas argentinos cantando dichos temas. El ver los rostros de los invitados que no eran en su mayoría argentino disfrutar nuestra música, daba la frase que la música une a los pueblos, y esto era justamente el hecho que estaba ocurriendo. Por un lado, el academicismo de Guastavino y por el otro la música folclórica que por generaciones marcan una región de nuestra Patria al son de la Chacarera (originaria de la Provincia de Santiago del Estero y luego pasa a diferentes regiones llegando hasta Bolivia). A posteriori se escucho el sincretismo musical del Brasil en donde emerge la figura de Heitor Villalobos del cual por un lado se aprecio su “Choro” el cual se basa en la música de la calle, del sentir del pueblo brasileño, el canto popular con letras profanas; asimismo del mismo autor también se apreció “Estrela lua nova” de corte pagano de macumba, de la zona de la Amazonia, en la cual surgela selva en su ritmo como en su letra, la cual data del 1933 dando pauta de un nacionalismo emergente en la música brasileña.

De la década del 60, se pudo escuchar “O Barquino” de Roberto Menescal, uno de los impulsores del movimiento musical de la Bossa Nova. Esta canción emblemática nace del hecho que Menescal y un amigo que será el letrista Boscoli iban en un barco por la costa, cerca de Arraial do Forte, cuando quedan a la deriva en un barco en el Atlántico. Fue así que Menescal al compás de los vaivenes como del sol toma su guitarra y va marcando unas notas. A la mañana siguiente los halla un barco el cual los remolca a tierra. En ese trayecto entre los tripulante que escucharon esas notas se transforma en una melodía donde le agregaron una letra “El barco va…La noche cae”, cuestión que al llegar y pasar el tiempo esos dos amigos se vuelven a juntar ; al recordar el hecho narrado transforman la letra y pasa a ser el comienzo de la canción “Días de luz, fiesta del sol…”este pequeño relato sirve par también pensar en que los presentes estaban con sus pies llevando el ritmo, uno al observa esto vuelve recapacitar que la música no posee nacionalidad.

Luego vendría la parte húngara, en donde se escuchó primero la “Román Tancok” de Bela Bartok, el cual tomas música folclórica rumana realizando una serie de danzas basadas en la música de los Balcanes. Acá los ritmos invaden la sala, pero esta vez con una pieza que data de 1911, en donde al estar el Imperio Austro-húngaro, Rumania pertenecía en parte al mencionado, por tanto esas danzas este autor las toma como nacionales y las transforma en un ciclo, una de ellas es la que se cantó en la velada transmitiendo ese arrebato que Bartok marca con su letra y sus contrapuntos. Se escucho luego “Csángo szereimi dalko “(canción de amor húngaro) en donde su compositor el húngaro Miklo Pászti, realiza una melodía declamatoria al ritmo melodioso del folklore y la lirica donde se recalca a Dios como protector en su amor al a humanidad.

Como final se realizó la interpretación del tango de “El último café” una pieza de la “nueva ola” como se le decía en los años 60 al cambio musical planteado por el ingreso en la música popular del rock nacional y el tango del 2 por 4 caía en audiciones por tanto se necesitaba pasar del tradicional ritmo a uno más contemporáneo. Pues fue así como la firma comercial Odol, el año 1967 realiza un concurso de diversos ritmos entre ellos el tango, del cual saldrá triunfador “El ultimo café” de Hector Stamponi y Catulo Castillo, quienes plantean a través de su composición la terminación de un romance en el recuerdo mientras se revuelve la taza de un café en un día de lluvia. La metáfora del tango moderno es hacer la imagen del adiós en el recuerdo y esto puesto en palabra de uso cotidiano que al hoy siguen en uno. Apartándose de la tradición del tango en que hasta entonces se habla en sus letras más de una vez en un dialecto llamado “lunfardo”, característico del porteño de los años 30/40.

Pues todas estas piezas musicales que como verán poseen su historia fuero ejecutadas por el grupo vocal de manera brillante a cada ejemplo musical, se le hacia un breve comentario, y luego venia la interpretación entre los contrapuntos de las diversas voces lo cual daba un abanico de colores como de sensaciones.

Una velada musical en un ámbito palaciego que volvió a renacer con brillo propio a través de la música popular de los pueblos, en la unión musical esta la historia de cada país, y en sus letras el decir de cada pueblo.

Mi agradecimiento a su Exc. el Sr. Embajador Maximiliano G. Cernadas y a su Sra. Esposa Cecilia Scalisi, por ser anfitriones que enaltecen a nuestra Patria y por la iniciativa de presentar a una directora Argentina la Sra. Sylvia Leidemann que conlleva la tarea de unificar voces húngaras con el repertorio sudamericano, haciendo un trabajo arduo de reconocimiento de los compositores y ritmos que son tan diferente a los de este sector de Europa a la vera del Danubio.

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