Primer concierto de la Orquesta Estable del Teatro Colon, con dos solistas de amplia trayectoria la soprano eslovena Rebeca Lokar y el tenor argentino Gustavo Porta.
Una noche que dio pauta de problemas tanto en la orquesta como en las voces. Uno a veces como crítico se siente en la necesidad de plantear por escrito la realidad de una velada. Pero he aquí que en el caso de Rebeca Lokar uno siento que ha perdido facultades desde la Isabel de Valois que uno la pudo escuchar años atrás (Teatro de las Palmas 2019). La pérdida de armónicos y un vibrato siempre presente, muy notorio en el agudo, lo cual se hizo notorio en su “In questa regia”, pese a que la eslovena mantiene su capacidad para hilar largas frases y regular el sonido en amplios pianísimos donde el molesto vibrato se reduce, aunque no la merma de armónicos. El programa para su tessitura fue planteado para la Gala Puccini, en roles como Minnie de La Fanciulla del West (duo acto I), “Un bel di vedremo” (Madama Butterfly), “In questa reggia” (Turandot) y “Acto IV Manon Lescaut”.
En el caso del tenor argentino Gustavo Porta que regresaba al Colón luego de diecisiete años, tuvo momentos no satisfactorios, se lo escuchó con una voz no con el brillo de altri tempi, una voz que tuvo las dificultades del acompañamiento de una orquesta en fortissimo en muchas ocasiones con elementos orquestales que resultaron a destiempo. Una pena esta rentré para este consagrado tenor que posee una carrera notoria en Oriente como en diversos países europeos.
En resumen, una breve crítica que conlleva unas palabras finales, una noche en donde el espíritu Pucciniano intento estar, pero que no emergió triunfante.
Hai ben ragione cantó Lokar? Qué registro amplio!