Las Rapsodias para piano, op. 79 fueron escritas por Johannes Brahms en 1879 y forman parte de las piezas maduras. Estaban dedicados a Elisabeth von Herzogenberg, una amiga música y compositora. Fue por sugerencia de este último que Brahms, aunque sin entusiasmo, cambió el título de estas piezas por Klavierstücke. Tienen una estructura de minisonatas con una parte lenta enmarcada por dos partes más rápidas. Forman parte del último período creativo de Brahms. Durante mucho tiempo creímos ver en estas rapsodias una obra íntima y épica, como en busca del Brahms de la juventud, ese apasionado de las baladas caballerescas. No responden al género improvisado como podría sugerir su título, sino que están plagadas de contrastes entre su carácter apasionado y sus acentos de ternura.
Las últimas obras para piano de Gould grabadas en 1982 -falleció el lunes 4 de octubre, 9 días después de cumplir 50 años- fueron las Baladas de Brahms en febrero y las dos Rapsodias en junio y julio. La última sesión de grabación tuvo lugar en Nueva York, al igual que los Brahms, en RCA Studio “A”. Fue en septiembre, la obra era Richard Strauss Sonata para piano en si menor, op.5 que Strauss compuso cuando era adolescente.
De su interpretación de Brahms, Gould dijo esto, con una sonrisa obvia en su rostro:
“Esta música o, más bien, mi interpretación de ella refleja naturalmente la forma en que me veo a mí mismo como un romántico incurable… ¡No solo eso, la encuentro extremadamente sexy!”