El Acompañamiento, de Carlos Gorostiza, tratar de cumplir nuestros sueños… Teatro Bristol (Mar del Plata)

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Tuco  (Luis Brandoni) decide de repente, unos años antes de jubilarse, tomar las riendas de su vida y tratar de cumplir su sueño. Incitado por un conocido, que burlándose de él,  dice creer en sus aptitudes; encuentra el valor necesario para creer en si mismo y retomar su sueño de juventud, dedicarse al canto. En un lugar no demasiado espacioso, como es la buhardilla de su propio domicilio familiar, Tuco decide recluirse y esperar en soledad la llegada del acompañamiento (guitarra) que hará posible el inicio de sus ensayos como cantante. Mientras tanto se cuida la voz y ensaya en solitario ante el asombro y estupefacción de su familia. Los que desaprueban su decisión por considerada inapropiada y temen por su salud mental al concluir que sufre un desequilibrio.

Su mejor amigo Sebastián (David di Napoli ), llamado por la familia, acude con la intención de hacerle entrar en razón y que vuelva a retomar su puesto de trabajo, al que no acude desde hace diez días. Pero al hablar con él se da cuenta de que la broma inconsciente de Mingo ha hecho que su amigo abra los ojos  y vea que la vida que está viviendo no es la vida que él quería. Ha pasado toda su vida haciendo lo que debía hacer y no lo que quería. Siente empatía por su amigo cuando le recuerda que él mismo tuvo un sueño de juventud y consiguió cumplirlo, y se plantea seriamente porqué Tuco no puede cumplir el suyo ahora que ha decidido dejarse de pretextos y tomar sus propias decisiones. ¿Qué tipo de amigo seria si decidiese no apoyarle?.

En el montaje se pone en entredicho la libertad, las postergaciones y las obligaciones. La puesta en escena nos acerca a un texto tierno y divertido que nos invita a vivir la vida plenamente y a seguir nuestro propio camino sin miedo, porque como dice Tuco “No es lo mismo vivir que honrar la vida” u “no tenemos porqué vivir nuestros sueños a tiempo parcial”.

Un inmenso Luis Brandoni llena de emoción al personaje y nos hace vivir en sus carnes la angustia y desesperación de Tuco, sus anhelos y sueños.  Una experiencia que me ha dejado muy buen sabor de boca y nada indiferente. Altamente recomendable una combinación muy apetecible: profundidad, humor, y calidad interpretativa.

Reseña
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