EDMOND, el regreso de Rostand – Bergerac, para la reinauguracion del Teatro Presidente Alvear…

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Finalmente llegó el esperado momento y se reabrió, luego de casi una década y varias peripecias, el Teatro Alvear (antes Teatro Presidente Alvear) perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires.  Así, el pasado 18 de julio fue una fiesta ya en la calle Corrientes (más teatral que nunca), frente al teatro, en la función para invitados y prensa. Nadie quiso estar ausente en esta ocasión, y la amplia sala estaba colmada de un público entusiasta. 

Para esta ocasión especial se eligió la obra EDMOND, del francés Alexis Michalik, quien también actuó como director.  Se trata de una coproducción con Acme, Le Théâtre du Palais Royal y Légende.  Michalik es un joven pero ya consagrado actor, dramaturgo y director galo,  que cuenta entre sus creaciones Intra Muros, Le Cercle des illusionnistes y la obra que nos ocupa, entre otras, habiendo recibido numerosos premios en Francia. 

¿Por qué se habrá elegido esta obra para la reapertura del Alvear?  No lo sabemos.  Quizá sea porque se habla del mundo del teatro en su conjunto, desde la creación de un texto hasta el estreno del mismo, pasando por todas las etapas intermedias y con todos los personajes y peripecias que llegar a un estreno implica, momento tan especial para todos, pero especialmente para los actores.  El esfuerzo, la perseverancia, las angustias… y el deseo del éxito, por supuesto.  Todo esto se ve desde el corazón mismo de las acciones, desde la casa del autor hasta la trastienda, el detrás de bambalinas del teatro.  Es el “teatro dentro del teatro”.  Así (en función de la propuesta del autor) se da una especie de voyeurismo del espectador, siendo partícipe desde el detrás de la escena. 

La obra se desarrolla en el Paris de 1897, cuando un autor (ya con obras teatrales en su haber, siempre en verso, algunos rotundos fracasos), que está desde hace dos años atravesando una crisis creativa, se ve obligado, a instancias de su protectora Sarah Bernhard, a escribir en un brevísimo tiempo una obra para que protagonice el gran actor Coquelin.  Todo lo que sucede en ese tiempo (hasta el momento mismo del estreno) es lo que vemos en el escenario.  Más que interesante propuesta teatral…. 

Lo que sucede es que nuestro autor protagonista es justamente Edmond Rostand, el celebérrimo autor del Cyrano de Bergerac, y la obra que debe escribir en la ficción teatral es precisamente aquella que le diera fama mundial.  De manera que Michalik nos presente “una posibilidad” de cómo Edmond llegó a crear, atravesando diversas peripecias y con un claro tinte autobiográfico, su obra cumbre.  Es precisamente este hecho (la casi total referencia autobiográfica), el que hace que falte en el escenario el factor sorpresa al ser la historia de Cyrano muy conocida por buena parte del público. 

En cuanto a la puesta, es ágil, a veces con un ritmo verteginoso que cuadra muy bien a la dinámica que se produce en escena, recordando a las reglas del vaudeville.  Sin embargo algunas escenas resultan extensas. La escenografía, permanentemente cambiante y funcional, es armada y desarmada por los mismos actores, la mayoría de los cuales tienen a su cargo varios personajes (alguno, hasta nueve).   

Precisamente el elenco, homogéneo, y compenetrado con la propuesta del director (fue oportunamente seleccionado ya en el año 2022 cuando Michalik estuvo en Buenos Aires e hizo el casting) cumple con profesionalismo y entusiasmo su tarea.  Es de destacar la labor de Felipe Colombo en el papel protagónico, su  Rostand  trasmite todas las vivencias, algunas contradictorias, que vive en ese proceso creativo.  Entre el numeroso elenco (ya dijimos que son muchos personajes secundarios que desfilan por el escenario) podemos mencionar a Nacho Pérez Cortés, Eugenia Alonso, Vanesa González, Miguel Ángel Rodríguez y Yanina Gruden.  Asmismo no podemos dejar de mencionar la dirección del mismo Alexis Michalik. 

En síntesis, una buena oportunidad para regresar a esta mitica sala porteña, en donde un texto bucólico con una correcta dramaturgia de la manos de actores nacionales talentosos, realizan el esfuerzo del vaudeville en tiempos tan dificiles…

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