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Compositor: Wolfgang Amadeus Mozart
Libretista: Emanuel Schikaneder
Director: Ryan Wigglesworth
Orquesta: Orquesta de la época de las luces
Elenco
Tamino: David Portillo
Primera Dama: Esther Dierkes
Segunda dama: Marta Fontanals-Simmons
Tercera Dama: Katharina Magiera
Papageno: hamburguesa Bjorn
Reina de la noche: Caroline Wettergreen
Monostatos: Jorg Schneider
Pamina: Sofia Fomina
Ponente: Michael Kraus
Sarastro: Brindley Sherratt
Segundo sacerdote y primer hombre con armadura: Thomas Atkins
Primer sacerdote y segundo hombre con armadura: Martin Snell
Papagena: Alison Rose
Titiritero: Ashleigh Cheadle
Titiritero: Scarlett Wilderink
Titiritero: Ben Thompson
Niño: Felix Barry-Casademunt
Niño: Daniel Todd
Chico: Simeon Wren
Equipo de produccion
Dirección y Diseño: Barbe & Doucet
Diseñador de títeres y entrenador de títeres: Patrick Martel
Diseñador de iluminación: Guy Simard
Maestro de coro: Aidan Oliver
Asistente de dirección: Kathleen Stakenas
Asistente de dirección: Donna Stirrup
¿Una ópera ya conocida? El explosivo dúo Barbe & Doucet presenta una lectura escénica renovada de este título inmortal. ¡Alucinante! Desde el Festival de Glyndebourne y bajo la batuta experta de Ryan Wigglesworth, redescubre una de las obras más populares de Mozart en esta nueva y ambiciosa producción con «once sets distintos y dos años de preparación».
Compuesta apenas unos meses antes de la temprana muerte de Mozart a la edad de 35 años, La flauta mágica cuenta una historia iniciática y filosófica inspirada en códigos masónicos que el compositor, que era miembro de esta orden, conocía. Mientras busca a su amada Pamina, el príncipe Tamino debe sortear diferentes complicaciones para llegar a la Verdad y alejarse de la oscuridad de la ignorancia. En palabras de Hegel: «El Reino de la noche, la Reina, el Reino del sol, los Misterios, las Iniciaciones, Sabiduría, Amor, las Pruebas, junto con un suave sustento moral, que es en su generalidad excelente, todo ello, combinado con la profundidad, la gracia encantadora y el alma de esta música, estimula y satisface a la imaginación, y acaricia el corazón».
