, hablamos de ROSEUM-Arte Contemporáneo, ubicada en T. Pres. Perón 1719, 7°A.){kind=link}
En la segunda mitad de la década de 1940 (y con continuidad y éxito en la década siguiente) un grupo de artistas afincados en Estados Unidos desarrollaron un movimiento artístico conocido como “Expresionismo Abstracto”, que se convertiría en el primer grupo de vanguardia surgido en ese país, incorporándolo a las vanguardias internacionales, que en Europa se venían desarrollando desde los primeros años del siglo XX. Además, tendría una amplia influencia fuera de su país de origen, conectándose en algunos aspectos con correlatos europeos, como la Pintura Matérica (con la que comparte aspectos formales), especialmente desarrollada en Italia y España.
El Expresionismo Abstracto con sus dos tendencias internas (la Action Painting y el Colour Field) daría destacados artistas como Jackson Pollock, Clifford Still, Franz Kline, Mark Rothko, entre otros. Posteriormente este “movimiento” se transformaría en “tendencia”, identificándose en artistas aún en las décadas de nuestro actual milenio, como contrapunto de los movimientos y tendencias figurativas o abstractas geométricas. Asi, el Neoexpresionismo que surge a fines de la década de 1970 y se continúa hasta la actualidad, es un buen ejemplo de ello.
Esta introducción “histórica” es valida para referirse a la obra pictórica de Walter Kerhart, quien debuta con esta primera exposición individual en las galerías de Arte de la Ciudad de Buenos Aires. Esto no significa que no tenga antecedentes, pues ha participado en distintas exposiciones colectivas, tanto en Pintura como, y especialmente, de Fotografía, actividad inicial y que aún sigue desarrollando.
En esta oportunidad se presenta en una de “las nuevas” Galerías de la ciudad (luego de la crisis profunda durante la pandemia y la inmediata postcuarentena, que hizo que lamentablemente desaparecieran destacadas e históricas galerías), hablamos de ROSEUM-Arte Contemporáneo, ubicada en T. Pres. Perón 1719, 7°A.
Allí presenta un conjunto de obras de grandes dimensiones, ejecutadas principalmente en los dos últimos años. Y en ellas conviven esencialmente las características neoexpresionistas, lo gestual, pero que además se incorporan elementos puntuales (en algunas de ellas) neofigurativas, excluyentemente la figura humana (total o fragmentada) inserta en el conjunto pictórico. En este punto, es inevitable recordar las obras de Willem De Kooning, por el estilo y el vigor expresionista de las figuras. Obviamente, el centro inicial de atención frente a las telas es el potente cromatismo, grandes policromías en la mayoría de las telas expuestas.
Será interesante ver en el futuro la evolución de este artista rosarino, seguir su trayectoria. Seguramente se convertirá en una experiencia muy positiva para nosotros, espectadores y amantes de las Artes Plásticas.