Una velada a pleno refinamiento musical , en la Residencia del Embajador de España en Buenos Aires fue el marco para el recital lírico de los ganadores del X Concurso de Canto Dr. Alejandro Cordero,

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La Residencia del Embajador de España se transformo en sala de concierto para recibir a los ganadores de la décima edición del «Concurso Alejandro Cordero»

Sobre la calle Libertador se disfrutó de la excelencia de las voces y un variado repertorio lírico, acompañado por el camaleónico Maestro Marcelo Ayub, que supo adaptarse a las exigencias y emociones de arias, duos, trios y quintetos, con un toque límpido sin excesos del piano.

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Con elegancia y fluidez se desarrolló el concierto ante la mirada atenta del anfitrión, Alejandro Cordero y de los dueños de casa, el señor Embajador de España Dr. Estanislao de Grandes Pascual y su Sra. esposa, que abundaron en amabilidades y simpatía.

Las voces de María Goso y Laura Pissani, sopranos, brillaron, una histriónica , la otra melodiosa y pareja en el registro; con gran afinación en los números de conjunto supieron hacer frente a un repertorio variado digno de la gala.

Mairín Rodriguez es la joya de la corona, con un timbre extenso para ser mezzosoprano, posee agudos que parecen no terminar en la extensión vocal, segura en lo musical y hábil en los juegos del fraseo no se dejó amedrentar por las dificultades de las partituras ni por la cercanía del público.

Rodrigo Ortíz, tenor, se mostró confiado y resuelto en la extensión del registro, se lució en el duo de “La Boheme” mostrando su trabajado lado actoral.

Felipe Carelli, el barítono del grupo se destacó en la sonoridad de su timbre, las articulaciones del francés tal vez no sean su fuerte pero las resolvió en especial en el quinteto de «Carmen», cosa complicada no quedar atrapado por el resto de las voces, en especial las femeninas, pero pudo salir airoso en su performance.

El broche de oro con arias de origen español y de J. Serrano «Te quiero morena» que cantaron todos entre flores y mantones emocionaron al público y homenajearon a los dueños de casa, dejando de manifiesto el poder del arte para borrar las fronteras, la cultura como símbolo de paz y unión cultural.

Sobre la calle Libertador y gracias a la Fundación del Teatro Colón, sus sponsors y en especial del Sr. Alejandro Cordero se disfrutó de la excelencia de la Lírica, de las voces jóvenes que prometen un gran futuro a nuestros teatros.

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