TURANDOT de G. Puccini, APOSTILLAS SOBRE LO QUE NO FUÉ…

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TURANDOT

Ópera en tres actos de Giacomo Puccini. Libreto: Giuseppe Adami y Renato Simoni. Concepción escénica y escenografía: Roberto Oswald. Director de escena repositor:Matías Cambiasso. Codirector de escena y vestuario: Aníbal Lápiz. Repositor de escenografía: Cristian Prego. Iluminación: Rubén Conde. Coro de niños, Coro Estable y Orquesta estable del Teatro Colón. Director musical: Christian Badea

Personajes principales:

María Guleghina (Turandot), Verónica Cangemi (Liú), Kristian Benedikt (Calaf), James Morris (Timur), Raúl Giménez (Altoum), Alfonso Mujica (Ping), Carlos Ullán (Pong), Santiago Martínez (Pang), Alejandro Meerapfel (un mandarín).

Cuando uno asiste a cualquier función de Teatro, en este caso de ópera y más precisamente Teatro Colón uno aguarda la excelencia. La mencionada se acoge a que posee toda una historia, años de Temporadas con excelsos solistas, producciones y directores de orquesta. Grandes Temporadas de aplausos en donde el público era sinónimo de juez ante lo que se daba. Basta rememorar esas épocas de oro en el donde el Teatro Colón era el puntapié inicial de una carrera internacional antes de acceder a La Scala de Milan.

Con los años fue menguando lamentablemente la calidad de nuestro primer Coliseo en sus presentaciones, sumado al deterioro económico del país. Eh que aquí uno se plantee si es necesario la contratación de figuras “internacionales” que se hallan en su cuarto de hora para cubrir los roles principales…Figuras que dese el punto de vista vocal no están en su apogeo y que son como oropeles sin brillo. Uno reconoce su historia, pero no para abonar entradas de costo elevadísimo para apreciarlas (en todo caso uno se compra un dvd de sus históricas versiones y les sale más barato).

Pues mis lectores, como siempre ante la verdad, las pruebas son concretas. EL martes pasado se repuso en el Teatro Colón el célebre trabajo póstumo del Mtro. Puccini TURANDOT.

Fue todo un devenir de sonidos no agradables y sobre todo en calidad denostó claras falencias vocales.

Maria Guleghina TURANDOT (altre tempi celebrada en este rol) tuvo un debut escénico amargo y triste, su voz no poseyó el brillo de antaño, su vibrato inundo la sala de nuestro primer coliseo y sus ataques en las notas cruciales de In questa Regia, tuvo un sinfín de caídas.

Verónica Cangemi, estuvo de forma refinada correcta en su Liú.

Kristiane Benedikt, se lo pudo escuchar con su voz engolada, forzada en emisión, en su interpretación de Calaf. Un rol que no dio brillo en ningún momento.

Dos personajes de la lirica de altre tempi y que junto a Guleghina son historia fueron James Morris (Timur) y Raul GImenez (Emperador Altum), los cuales conformaron un triunvirato vocal que siempre se les recuerda por sus excelsas interpretaciones, pero que al hoy se preferiría llevarlos por su historia al podio de los notorios y no escucharlos en roles secundarios en caída libre.

El Coro Estable sobrellevo estoicamente toda falencia en sus entradas, y pudo arremeter con grandeza la masa vocal que plante el compositor, lo cual lo transformo en lo mejor de la noche.

La conocida producción del Mtro. Roberto Oswald volvió a escena aggiornada en pequeños toques, presencia majestuosa para dar marco a la China Imperial.

EL Maestro Cristian Baeda en el podio de la orquesta, sufrió traspiés en más de una ocasión con la misma, tempos y matices se entrelazaron para dar un resultado no satisfactorio de la célebre ópera de Puccini.

Una función, que da para reflexionar sobre los elencos y sobre todo, en que se prefiere para una Temporada cantantes en plena condiciones vocales y en rol o bien «Celebritys de altre tempi» con serias deficiencias vocales…

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