Se estrena el espectáculo de Mariana Chaud, escrito en diálogo con la obra del artista visual Nahuel Vecino.
El Ministerio de Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, informa que el viernes 29 de abril a las 20 hs tendrá lugar, en el Teatro Sarmiento (Avenida Sarmiento 2715), el estreno de Pequeña Pamela, escrita por Mariana Chaud, en diálogo con la obra del artista visual Nahuel Vecino.

El elenco está integrado por Marcos Ferrante, Santiago Gobernori, Julián Larquier Tellarini, Rosalba Menna, Iride Mockert, Camila Peralta y Lalo Rotavería.
La asistente artística es Carla Grella, la colaboración artística es de Nahuel Vecino, el diseño multimedia de Danae Pienica, la coreografía de Luciana Acuña, el diseño de sonido y la música son de Lucas Martí, el diseño de iluminación es de Matías Sendón, el diseño de vestuario y máscaras de Gabriela A. Fernández, y el diseño de escenografía de Matías Sendón y Ariel Vaccaro. La dramaturgia y la dirección son de Mariana Chaud.
Las funciones se ofrecerán de jueves a domingos a las 20 hs.
Localidades: $1050.-. Jueves (día popular): $550.-
Duración: 70 minutos
Última función: domingo 24 de julio
Argumento
El caño del desagüe arroja una etérea cascada de aguas servidas. Es el límite de dos mundos: uno marginal y un inframundo fantástico.
Esta tragedia se funda en el desamor, el desencuentro y la violencia.
Pamela ama a Áyax, quien va detrás de un amor imposible mediante sórdidos asesinatos; los secuaces de Áyax traicionan y son traicionados. Una cíclope cumbianchera, el fantasma del tío gay y el coro oscilan entre estar dentro y fuera de la trama y de la muerte.
En este universo proto-mitológico, lo delirante está hermanado con lo telúrico y el clasicismo cruzado por lo suburbano; todo esto nos acerca a pensar las complejas relaciones humanas contemporáneas.
Sobre la obra de Nahuel Vecino
La obra de Nahuel Vecino despliega, a través de una lúdica multiplicidad de referencias cultas y delirantes, atemporales alternancias, donde lo clásico y la alta cultura se funden con lo marginal y lo trash. Se crea así una mitología singular que nos invita a participar del detalle y a imaginar el desastre que pasó o está por pasar.
