Tancredo de Giaccomo Rossini
Teatro Municipal de Santiago de Chile
Coproduccion con la Opera de laussane
Director musical: Jan Latham-Koenig (función del 27 de julio)
Paolo Bortolameolli (función del 28 de julio)
Director de escena: Emilio Sagi
Escenografía: Daniel Bianco
Vestuario: Pepa Ojanguren
Iluminación: Eduardo Bravo
Elenco Internacional (función 27 de Julio)
Argirio: Anton Rositskiy
Tancredo: Evelyn Ramírez
Orbazzano: Pavel Chervinsky
Amenaide: Patricia Cifuentes
Isaura: Florencia Machado
Roggiero: Yaritza Véliz
Elenco Estelar (28 de Julio)
Argirio: Anton Rositskiy
Tancredo: Evelyn Ramírez
Orbazzano: Homero Pérez-Miranda
Amenaide: Patricia Cifuentes
Isaura: María José Uribarri
Roggiero: Marcela González
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El escenario del Teatro Municipal de Santiago de Chile presentó la considerada como obra cumbre de Gioachino Rossini, hablo de «Tancredi», donde Rossini deja ver su asombroso y absoluto dominio sobre la ópera bufa como del género serio.
En esta ópera, que podría haberse inclinado hacia la tragedia explícita, Rossini dio un giro, dándole un nuevo estilo popular, más complejo y de mayor intensidad psicológica. Se trata de un melodrama heroico en dos actos que se estrenó sin éxito en el Teatro de la Fenice de Venecia el 06 de febrero de 1813 (en donde se presento con un final feliz) para luego al mes se realizara su reestreno en Ferrara – en este caso con un final trágico, el cual es el que se eligió para esta producción. El libreto basado en Tancrede de Voltaire, se centra en las tensiones de dos familias: las casas de Argirio y Orbazzano en continua disputa por la primacía del Estado-Ciudad de Siracusa en el siglo XII. Los hechos suceden en Sicilia en el año 1005 y se originan después de que Argirio, señor de Siracursa, prometa la mano de su hija Amenaide a Orbazzano, duque de Sicilia. Sin embargo, Amenaide se niega y manda una carta a Tancredi, su verdadero amor, con tan mala fortuna que ésta es interceptada. A partir de aquí se desencadenan los acontecimientos de esta gran ópera.
En esta primera función vista (27 de Julio-elenco internacional) se vivió un hecho extraño en cualquier escenario, de los cuatro protagónicos centrales tres estaban enfermos, por tanto se tuvieron que suplir en los roles de Tancredi, Amenaide y Argirio, por los solistas del elenco estelar, cuestión que el día anterior a la función vista, habían hecho su ensayo general con su director, por tanto hoy salieron a escena con otro Maestro en el podio, lo cual que se sintió en su desarrollo, igual así se pudo apreciar la musicalidad de un equipo de solistas con gran profesionalismo. Encabezado por la mezzo soprano chilena Evelyn Ramírez en el rol de Tancredi, la cual presento sus condiciones centrales vocales de manera estupenda en partitura. Su interpretación del célebre “Di tanti palpiti” estuvo en cuerda limpia, con gran escena y sobre todo fuera de todo despojamiento de adornos vocales, este personaje no es nunca sencillo, la tessitura por momentos llega a los límites de quasi contralto, cosa que exige a toda mezzo en este rol, asimismo su zona alta debe estar medida en todo momento siendo una clave en este Rossini.
La soprano chilena Patricia Cifuentes, diáfana en su voz en todo momento con estupendas notas en rapidez, muy buenos pianissimos con brillo notable; aunque en esta primera función vista del 27 de julio, los tempos del director de orquesta Latham – Koening carecieron del burbujeante estilo rossiniano lo cual le jugaron una mala pasada en el segundo acto, aclaro que no fue cuestión de la soprano, sino del director de orquesta en su lectura, la cual era totalmente diferente a la del director Bortolameolli , el cual dirige las funciones del elenco estelar (escuchado en la función del día 28 de julio). El cantante ruso Anton Rositskiy en tessitura de tenor leggero, tuvo momentos desparejos, de fraseo amplio con agudo incisivo, le dio un desparejo lucimiento en el rol de Argirio. Es meritorio y de destacar a la joven mezzo argentina Florencia Machado de amplia trayectoria en nuestro país, supo estar a nivel de los protagonistas en todo momento en un rol secundario, que por su excelente técnica en su única aria de la ópera “Tu che i miseri conforti” dio clase de belcanto usando su cuerda en toda su extensión con técnica en este compositor absolutamente notoria, vuelvo a decir esta mezzo logro tener un protagonismo de alto impacto , demostrando por su escena y desempeño que no hay roles menores, sino grandes cantantes que cuando los interpretan pasan a ser protagónicos.
La reggie del aclamado Emilio Sagi, supo estar acorde con la ópera, la escena fue trasladada de época, al 1900, no desentonando por el marco escénico, el cual estaba enmarcado en un interior palaciego de paredes marmoleas, luz indirecta a través de paneles (tanto en ventanales como en paredes) dio imagen de gran sacralidad o de muerte latente. El vestuario fue de muy alto refinamiento aunque tuvo momentos contradictorios, como en la anteúltima escena antes de la muerte de Tancredi, aparece el coro vestido a la mejor usanza de los partisanos que iluminan la escena con linternas, dejo aclarado que es una producción con la Opera de Laussane y que luego de estas representaciones en el país trasandino, se llevara la misma a la Opera de Filadelfia.
Por último, el director Jan Latham – Konig, tuvo un criterio de llevar la partitura al mejor estilo Mozartiano, no comprendo cómo tan eximio director, realizo una lectura tediosa de una pieza brillante teniendo una orquesta magnifica como es la Filarmónica de Santiago, la cual bajo su batuta sonó contenida en todo momento quitándole la fuerza en los crescendos que se sintieron totalmente sin fuerza, que son la característica del compositor. Esta función del 27 no será recordada por la dirección orquestal, si por el esfuerzo de los cantantes por llevar a cabo con gran esfuerzo la función adelante, remarcar a las intérpretes femeninas EVELYN RAMÍREZ, PATRICIA CIFUENTES, FLORENCIA MACHADO y a la joven YARITZA VELIZ. Buen trabajo del coro bajo la dirección de su director JORGE KLASTORNICK, dio marco vocal a esta ópera tan complicada en estilo.
No fue así el caso de la función del día 28 de julio. En el podio el Maestro PAOLO BORTOLAMEOLLI, el cual ya desde la obertura daba una revisión de la partitura totalmente italiana con el brillo y efervescencia que posee el autor. lo cual dejo planteada en sus tempos. Nuevamente y ya totalmente amalgamados correctamente EVELYN RAMIREZ y PATRICIA CIFUENTES tuvieron dúos magistrales como sus destaques en sus arias individuales. Nuevamente el tenor ANTON ROSITSKLY no convenció en su desempeño total, aunque bajo esta dirección orquestal, se lo oyó más relajado en su voz. HOMERO PEREZ MIRANDA, tuvo un desempeño de alto impacto, en cuerda su volumen dio clase de interpretación del rol de Orbazzano La joven MARIA JOSE URIBARRI, tuvo un desempeño no tan logrado en estilo, posee una voz fresca en desarrollo, por tanto, es de suponer que en próximas funciones su voz este más acorde. Si amplio aplauso mereció otra joven soprano, en este caso MARCELA GONZÁLEZ, que demostró sus agudos limpios y su bravura en belcanto.
En resumen, Rossini con dos lecturas diferentes, con elencos que en términos generales dieron lo mejor de sí, pero que bajo la batuta de PAOLO BORTOLAMEOLLI brillo rotundamente y que en cambio con la dirección de JAN LATHAN KOENING paso a ser una ópera al mejor estilo mozartiano con la impronta del sexteto o dúo de belcanto. Enmarcado en una producción ecléctica pero refinada. Todo un desafío para el Teatro Municipal de Santiago de Chile, que dio en su totalidad una satisfactoria versión y que muestra que el público esta ávido de escuchar en su temporada piezas de los compositores clásicos, en sus obras menos escenificadas.