Milica Korjus y Maya Plisetskaya… Historia de la amistad…

…»Toda su vida dictatorial, no estuvo indiferente a las mujeres que cantan en pleno, fue sinónimo de su film «The great vals» no menos que yo. Aquí están esos tiempos en los cuales nuestros gustos coincidieron. El dirigente ordenó a la distribución cinematográfica estrenar el «Gran Vals» en pantalla ancha. Deje que los súbditos de su imperio se diviertan con las producciones de Hollywood, se distraigan por un momento de las maquinaciones conspirativas de los imperialistas y, al mismo tiempo, admiren los encantos femeninos de su pasión en el extranjero al son de las melodías de Strauss.

Me convertí en su amiga de Milicia, ella era nacida en Kyiv donde pasó su infancia, luego por hechos de guerra huyó a USA, en donde por la cantidad de exiliados, el habla rusa casi llegaba a ser una tercer lengua. Hasta su repentina muerte, trató de no perderse ni una sola actuación mía. Ella reaccionaba con vítores, gritaba «bravo» – siempre distinguí su voz plateada en el barullo de las exclamaciones de la multitud de balletomanes, acurrucada en la rampa. Ella fue la última en salir de la habitación. Entonces ella no me creía del todo que era una diosa incomprensible para toda una nación, una hermosa alienígena, un rayo de felicidad en los años más difíciles de la historia de un estado esclavista. Veo ahora su rostro incrédulo, bondadoso, hermoso, tocado por la edad. ¡Realmente siempre estaras en mi recuerdo…

Basado en el libro de Maya Plisetskaya «Yo, Maya Plisetskaya»