Melendi en Buenos Aires: Un Resplandor de Dos Décadas de Éxito Musical

0
1078

Con dos décadas de carrera a sus espaldas, Melendi no solo ha consolidado su posición en el panorama musical, sino que ha logrado un poder de convocatoria que parece inquebrantable, en constante crecimiento año tras año. Este sábado, el Movistar Arena de Buenos Aires vibró con la presencia del asturiano, quien se propuso revitalizar las raíces de su disco de debut, y vaya si lo logró.

Con la emblemática sintonía de James Bond resonando a todo volumen y las luces apagadas, el escenario cobró vida en medio de un estruendo ensordecedor provocado por los quince mil fanáticos que abarrotaron el recinto. Quienes esperaban una banda convencional fueron gratamente sorprendidos al encontrarse con tres guitarras, bajo, percusiones, piano, batería, violonchelo y coristas. Un total de doce músicos crearon una experiencia escénica que estuvo a la altura de las expectativas, con un escenario expansivo, una pantalla gigante en la parte trasera y otras dos en los laterales, de menor tamaño. La calidad de las luces y, sobre todo, del sonido, se destacó como esencial para disfrutar de la música por encima del masivo karaoke que se desató en el Arena.

El espectáculo no escatimó en detalles, desde columnas de fuego que se dispararon cuando Melendi saltó al escenario hasta el repertorio emocional de «El parto» y «Piratas del bar Caribe». Tras esta intensa dupla, el artista saludó y compartió su sensación de volver a ser un adolescente, rescatando así canciones de su primera etapa. Resultaba llamativo, y hasta impactante, la juventud predominante entre los asistentes, muchos de los cuales no habían nacido cuando esos primeros discos vieron la luz, o incluso se encontraban en pañales. Esto demostró que sus canciones han trascendido generaciones.

El primer álbum fue interpretado casi en su totalidad, entrelazando temas más recientes como «Llueve» o «Loco». No hubo desconexión con el público, aunque las canciones más antiguas despertaron una dosis extra de emotividad, quizás llamada nostalgia. Las baladas más recientes como «Cenizas en la eternidad» y «La promesa» no tuvieron nada que envidiar a las primeras.

Es raro presenciar que el Movistar Arena se llene hasta los topes (quince mil espectadores) y que todos los asistentes, sin excepción, permanezcan de pie, cantando y saltando durante las más de dos horas de concierto. El sábado fue una fiesta ininterrumpida, culminando con la apoteósica «Arriba Extremoduro» y, en los bises, la conmovedora «Lágrimas desordenadas», que cerró la velada de manera apabullante, con artista, músicos y público, todos exultantes.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí