El diseñador belga y su casa de moda, Maison Margiela, son conocidos en muchos países del mundo, aunque pocos lo han visto en persona. Irrumpió en el mundo de la moda en los años 80, se convirtió rápidamente en una leyenda y ejerció una influencia increíblemente fuerte en el desarrollo de la moda en general.Martin se graduó de la academia en Amberes y solicitó una pasantía en la casa de moda Jean Paul Gaultier. Gaultier dijo que no necesitaba una pasantía: era un genio, listo para abrir su propia línea de moda. Durante tres años, los diseñadores trabajaron juntos y se hicieron amigos, y luego Margiela abrió su propia casa de moda.Martin siempre ha evitado la publicidad. Nunca hacía reverencias en sus desfiles y, en lugar del logotipo de la marca, usaba cuatro puntadas blancas.

La fotógrafa Annie Leibovitz organizó una sesión de fotos del equipo de la Casa de Moda Margiela para Vogue (EE. UU.). Al final, todos salieron en la foto y el director tuvo una silla vacía. Esto se debe a que Martin considera sus creaciones una forma de identificarse.Todas las tiendas de la marca están decoradas de blanco y los empleados visten batas blancas. Esto hace referencia a que Margiela empezó desde abajo, rebuscando en mercadillos, y para que las cosas viejas parecieran más frescas, lo pintó todo con pintura blanca barata. En una de las puertas aún se puede ver la inscripción «.toilet» (encontró la puerta de un baño en la basura, y faltaba la primera letra).Martin basó su trabajo en la deconstrucción: la reelaboración de prendas prefabricadas o antiguas. En 2015, seis años después de que Margiela dejara la marca, John Galliano asumió la dirección creativa, continuando la línea de Martin y aportando elementos propios.

La ropa de Margiela no puede considerarse de consumo masivo: no todo el mundo quiere llevar una chaqueta al revés, un abrigo sin terminar o un jersey hecho con ocho pares de calcetines (una revista publicó instrucciones sobre cómo coserlo).Para evitar que las modelos distrajeran la atención del espectador, Martin siempre les cubría el rostro con tela. Además, invitaba a amigas, conocidas y mujeres de la calle como modelos. Decía que no le interesaban las figuras ideales, sino gente común.Quizás las piezas de Martin Margiela habrían seguido siendo arte por el arte de no ser por la colaboración con H&M.

La marca lanzó todos los modelos más famosos de Margiela, modificándolos ligeramente para que fueran más atractivos. La marca de moda volvió a ser tema de conversación, y las piezas del diseñador comenzaron a lucirse en todo el mundo.Margiela sigue sorprendiendo: la cinta adhesiva es muy utilizada en las colecciones de moda, por ejemplo, en lugar de cinturones. ¿Y qué tal estas sandalias? Con una suela y un rollo de cinta adhesiva. ¡Pon la suela a tu pie y listo!La historia de la marca y la personalidad de Martin Margiela están llenas de misterio. Por eso resultan tan atractivas: se está rodando más de una película sobre el diseñador, y los Premios de la Moda Belga le otorgaron un premio por su contribución al desarrollo de la moda belga.