miércoles, 8 de octubre de 2025
23.2 C
Buenos Aires

LA BOHEME, un gran debut de Temporada 2016 del Teatro Argentino de La Plata ,en donde grandes protagonistas nos trasladan con realismo a París de 1940 para vivir la desgarradora historia de amor entre Mimí y Rodolfo

LECTURA RECOMENDADA

La Bohème- Teatro argentino de La Plata

Música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica (basado en la novela Escenas de la vida bohemia de Henri Murger)

(Función del 7 de Mayo del 2016)

Dirección musical : Carlos Vieu

Puesta en escena y la adaptación de vestuario de Mario Pontiggia

El Coro Estable Dtor. Mtro. Hernán Sánchez Arteaga

Coro de Niños dirigido por Mónica Dagorret

Adaptación escenográfica : María José Besozzi

Iluminación :Gabriel Lorenti

[zt_gallery dir=»criticas/090516″ width=»640″][/zt_gallery]

Interpretes:

Daniela Tabernig (6, 8, 13 y 15) y Marina Silva (7 y 14) como Mimí, Gustavo López Manzitti (6, 8, 13 y 15) y Juan Carlos Vassallo (7 y 14) como Rodolfo, Ricardo Crampton (6, 8, 13 y 15) y Gustavo Gibert (7 y 14) como Marcello, Yaritza Véliz (6, 8, 13 y 15) y Constanza Díaz Falú (7 y 14) como Musetta, Emiliano Bulacios como Colline y Mario De Salvo (6, 8, 13 y 15) y Alberto Jáuregui Lorda (7 y 14) como Schaunard.
Los restantes roles serán cubiertos por Alberto Jáuregui Lorda (6, 8, 13 y 15) y Fernando Alvar Núñez (7 y 14) como Benoit, Víctor Castells (6, 8, 13 y 15) y Luciano Miotto (7 y 14) como Alcindoro, Francisco Bugallo (6, 8, 13 y 15) y Pablo López Reggiani (7 y 14) como Parpignol, Leonardo Palma Aravena (6, 8, 13 y 15) y Luciano Miotto (7 y 14) como Sargento, Guillermo Saidón (6, 8, 13 y 15) y Leonardo Bravo (7 y 14) como Aduanero y Sofía Blassetti (6, 8, 13 y 15) y Lucero María Galeano (7 y 14) como el Niño.

Comenzó la Temporada lirica 2016 en el Teatro Argentino de La Plata con La bohème de Puccini, clásico entre los románticos que a todo el mundo gusta y arrebata y una garantía de éxito para cualquier temporada, pues es difícil no emocionarse con esta obra genial y nada cursi, que ciertos intelectuales de baja cuna rechazan y que los melómanos de siempre aman como pocos títulos porque, quién no añora los tiempos vividos en la inconsciencia de la juventud o no ha temido perder a la persona amada como Rodolfo pierde a Mimí al final de esta ópera, o incluso llora al ver cómo se le va la vida a la protagonista.

La producción trasladada a los años 40 es de idea de Mario Pontiggia con escenografía de Maria Jose Besozzi e iluminación de Gabriel Lorenti, una propuesta bien ordenada en sus movimientos que se dejó ver a gusto porque respetó los lugares y situaciones que marca el libreto, cosa que se agradece..

Luciano Mioto dio vida a Benoît y Alcindoro lo interpreto Fernando Álvar Nuñez respectivamente, en el más puro estilo de bassos buffos, correctísimos en lo vocal, con de gran volumen y muy correctísimos en lo actoral. Alberto Jauregui Lorda da vida a Schaunard el músico de este cuarteto de bohemios que viven en París. Jauregui Lorda canta con mucho gusto, gran volumen y muy bello timbre, segurísimo en lo vocal, atacó todas sus partes sin problemas y dota a su personaje de mucha distinción. Emiliano Bulacios da vida a Colline el filósofo, estuvo especialmente inspirado en su pequeña Arietta del Cuarto Acto, se lució, cantó con gran sensibilidad y el público así se lo agradeció, fue un momento de gran lirismo, cuando la tragedia ya es inminente, la voz es bonita, grande y redonda. Constanza Diaz Falú da vida a Musetta uno de los bombones de la obra, la voz es enorme, de brillantes agudos, aunque cantó con menos matices que el resto de sus compañeros, cumple sobradamente, y su famoso Vals hizo las delicias del público ante su debut en la sala del Argentino. Mayúsculo el Marcello de Gustavo Gibert, su voz es soberbia, conoce el personaje a la perfección, ofreció una interpretación muy cuidada, dando en cada momento lo que la partitura requiere, y ofreciendo momentos espectaculares en su Dúo con Mimí en el Tercer Acto, en lo actoral está estupendo dotando de mucho carácter a este pintor locamente enamorado de Musetta.

Gusto mucho la voz del tenor Juan Carlos Vasallo (Rodolfo), un cantante de estilo elegante que pasó algunos apuros en el registro agudo de su personaje. No hay que olvidar que estamos ante un papel muy difícil de cantar, en el que incluso los más grandes han tenido problemas. En cualquier caso me pareció un Rodolfo interesante y de un potencial mucho mayor que el que demostró en el Alfredo de La Traviata del año pasado en el mismo Teatro.

Y ahora vayamos con la estrella absoluta de la función, Marina Silva como Mimí. Absolutamente deslumbrante, casi no tengo palabras para definir lo que sentí escuchándola cantar, su primera intervención absolutamente impresionante y tanto el Tercero como el Cuarto Acto, fueron de órdago. La voz es preciosa, totalmente hecha, de bellos armónicos, impresionantes matices y sobre todo lo que en esta ópera es lo más importante, la gran fragilidad que transmite. Su voz inunda el teatro desde que sale a escena, y cuando se la escucha, se tienen ecos de las grandes de verdad. Sin duda una diva en el buen sentido de la palabra, en un papel que parece escrito para ella, ya en La Traviata me fascinó con su Violetta, y me quedé con ganas de más, aquí se cumplió mi deseo. Actoralmente está maravillosa, gran presencia escénica y mucha intensidad en su interpretación, sin ningún tipo de aspaviento, transmite una infinita ternura y gran tristeza, tal y como Puccini concibió a tan maravilloso personaje. Un diez para Silva, y una voz a tener muy en cuenta en próximas producciones.

El coro magnífico, con una estupenda sonoridad, las da todas, dio un sonido muy compacto y escucharlos fue una delicia, ninguna cuerda flojea y los pequeños partiquinos de Parpignol cantado por Pablo Lopez Reggiani y el Aduanero de Leonardo Bravo son perfectos. Destaco la dirección coral del Mtro. Hernán Sánchez Arteaga, que sigue demostrando sus amplias cualidades en la conducción coral.

La orquesta estupenda, dirigida con mano de hierro por parte del Maestro Carlos Vieu. Bohème es una ópera de muy difícil orquestación, cumplen sobradamente aunque quizás dadas las características acústicas del Teatro Argentino, un poquito menos de volumen en el viento-metal se hubiese agradecido, ya que en algún momento y sin molestar en exceso tapa a los cantantes. En líneas generales Vieu hizo una lectura muy dramática de la partitura, de ampuloso sonido y muy efectista, dotando de gran intimidad cuando la obra lo requiere y espectacularidad a los números más brillantes.

Mas articulos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

ULTIMAS NOVEDADES