Ivo (año2024) Dirección: Eva Trobisch Guion: Eva Trobisch Reparto: Minna Wündrich, Pia Hierzegger, Lukas Turtur, Lilli Lacher, Johann Campean, Pierre Siegenthaler, Leopold von Verschuer, Wolfgang Rüter, Samy Challah, Benjamin Höppner, Birte Leest Música: Martin Hossbach Fotografía: Adrian Campean Nuestra calificación: excelente
La cineasta alemana Eva Trobisch vuelve a la carga con su segunda película, Ivo, un drama que de sentimental no tiene nada, pero de pesadez existencial lo tiene todo. Nos presenta a Ivo (interpretada magistralmente por Minna Wundrich), una enfermera que, en lugar de salvar vidas heroicamente bajo el brillo de los quirófanos, se enfrenta a la realidad más cruda: el cuidado de enfermos terminales en sus propias casas, recorriendo Alemania en coche y aprovechando esos momentos entre visitas para, bueno, intentar no derrumbarse. Y sí, claro, refrescarse del caos emocional que parece pegarse a los asientos del auto.
Entre sus pacientes está su vieja amiga Solveigh (Pia Hierzegger), lo que ya de por sí suena a catástrofe. Porque, aunque parezca que todo lo que Ivo hace es mantener la compostura, su vida se desmorona tras el profesionalismo. Pero ojo, no esperen un retrato angelical de la enfermera abnegada. Ivo no es la Santa Teresa de los cuidados paliativos. Si en algún momento del filme piensas: «Ay, pobre Ivo», recuerda que también es humana, y no precisamente perfecta. Porque en esta historia no todo es suturar heridas; Ivo se deja llevar por la tentación y se enreda con Franz (Lukas Turtur), el esposo de Solveigh, añadiendo así un dramón extra a su ya compleja existencia.
Trobisch juega con los dilemas morales como quien juega al Jenga con bloques de plomo. Nos plantea si tiene sentido luchar siempre por preservar la vida, o si tal vez deberíamos aceptar que a veces el final llega más por elección que por imposición. Claro, también nos lanza el debate de los suicidios asistidos como una bomba más. ¿Estamos preparados para discutirlo? ¿O seguimos escondiendo nuestros secretos mientras intentamos funcionar como ciudadanos modélicos?
La película te incomoda a niveles que no sabías que eran posibles. No solo porque Ivo no es ningún modelo a seguir, sino porque es un reflejo más real de lo que quisiéramos admitir. Ese caos que ves en pantalla, esas decisiones cuestionables, son parte de una narrativa tremendamente lúcida que te obliga a hacerte preguntas. Y cuidado, que si al final te sientes un poquito culpable, como que tienes secretos propios que preferirías mantener ocultos, no culpes a la película… culpa a tu propia conciencia.
En resumen, Ivo es una joya incómoda, pero brillante.