En una noche mágica en La Plata, en la íntima sala de cámara Piazzolla del Teatro Argentino, los amantes de la ópera y la música clásica tuvieron el privilegio de presenciar el regreso triunfal de Paula Almerares, una de las voces más destacadas de la lírica argentina. e internacional. Con más de 30 años de carrera, Almerares ha sido una embajadora vocal de Argentina y, en particular, de su ciudad natal, La Plata.
La carrera de Almerares es una historia de éxito que la llevó a Europa, donde obtuvo el reconocimiento de directores de renombre mundial como Julius Rudel, Lorin Maazel, Daniel Oren, Michael Tilson Thomas, Sir Neville Marrimer, entre otros. Su debut en el Metropolitan Opera de Nueva York en «Il Barbiere di Siviglia» bajo la dirección de Bruno Campanella marcó un hito en su carrera.
En este regreso tan esperado a «su teatro», el Teatro Argentino, Paula Almerares ofreció un programa diverso que abarcó desde obras de cámara hasta arias de ópera. Acompañada por el Maestro Miguel Angel Cagliani al piano, Almerares demostró paso a paso su evolución como intérprete, guiado por la madurez vocal que ha alcanzado con los años.
La velada comenzó con obras de compositores argentinos como Guastavino y López Buchardo, destacándose en piezas como «El Carretero» y «La Rosa y El Sauce». Luego, encantó al público con el delicioso ciclo de canciones «Poème d’un jour» de Fauré, mostrando su habilidad en el francés, con un trío de canciones profundamente introspectivas y emocionales.
La presencia de Liszt se hizo sentir con «Die Loreley» (en alemán) y la hermosa canción «Oh quand je dors» (en francés), donde Almerares desplegó su voz con gracia y destreza.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada a la ópera, con arias de Puccini, como el emotivo «Oh mio babbino caro» de «Gianni Schicchi», y «Le air des bijoux» de «Faust» de Gounod. Luego, su interpretación de la Gavota de Massenet, de «Manon», demostró refinamiento y una transformación escénica impresionante, llevando al público a un viaje emocional inolvidable.
El concierto culminó con la brillante interpretación del aria del poisson de «Roméo et Juliette» de Gounod, dejando al público extasiado y de pie en aplausos.
No podemos pasar por alto el excepcional acompañamiento del Maestro Cagliani, quien también se destacó como solista en dos ocasiones, mostrando su calidad como pianista eminente. Su dedicación a su Maestra Elsa Carranza, recientemente fallecida, fue un momento conmovedor.
El regreso de Paula Almerares es un renacimiento artístico que demuestra que su carrera sigue evolucionando y que su repertorio está en constante cambio. El público la recibió con un aplauso de pie, brindándole el cariño y el reconocimiento que merece por su excepcional arte.